Si hay un asunto que mantiene a Jorge Azcón vigilante es el de La Romareda, el nuevo estadio que ha convertido en el proyecto estrella de la legislatura en el Ayuntamiento de Zaragoza, la reforma que anunció casi antes incluso de ser nombrado alcalde. Habló del nuevo campo en mayo sobre el césped y en junio tras asumir el cargo. En agosto dijo que en septiembre como tarde daría los detalles de lo que iba a ser. Han pasado nueve meses desde las elecciones y ni hay proyecto, ni anteproyecto, ni planes oficiales. Eso sí, Pilar Alegría ha salido del ayuntamiento y su lugar como portavoz del PSOE en el consistorio lo ha ocupado Lola Ranera, que ayer mantuvo su primera reunión de trabajo con el primer edil y habló de La Romareda incluso antes de ser cuestionada. Con una frase, la primera, dejó clara su predisposición: «Es un proyecto necesario».

Luego habrá preguntas concretas, pedirá explicaciones, transparencia y todas esas cosas lógicas, pero de sus primeras reflexiones se deduce que el PSOE va a allanar el camino para que Zaragoza tenga un estadio de Primera.

¿Por dónde empezaría el entendimiento? «He puesto encima de la mesa la revisión del PGOU, que es del 2002. Desde entonces se ha transformado mucho la ciudad y creemos que es un buen momento para revisarlo. El alcalde también ha hablado de la parte de cambio climático, que hay que incorporar junto con la movilidad, y se abordará la posibilidad de reabrir el plan general», explicó Ranera, que se declaró partidaria de modificarlo: «Para eso están los planes, para actualizarlos, y el actual está obsoleto».

Ranera entiende que es un momento adecuado para llevar adelante la transformación completa de la instalación. Ya hacía falta la reforma cuando gobernó el PSOE, pero entonces «era época de crisis y eran prioritarios los ciudadanos». Ahora, «además de la ilusión colectiva que hay por el ascenso» en toda la ciudad, «estamos en un momento de bonanza económica» y Zaragoza se merece un estadio de Primera, «propio de la quinta ciudad de España».

Pronto habrá más reuniones, aún sin fecha, para discutir el proyecto. En ellas tendrá que explicar bien clarito Azcón cómo va a financiarlo. Ya adelantó este diario que en sus planes entraban los suelos del skatepark de Vía Hispanidad y el circuito de Seguridad Vial de la Policía Local. El cambio de estas parcelas a residenciales le daría el impulso necesario para sufragar buena parte de la obra. No parece, sin embargo, que la oposición vaya a aceptarlo de buen grado: «Debe ser transparente. Si necesita reformarlo, adelante. Pero hay que explicarlo a la sociedad», exigió la socialista.

Poco se habló de otros temas. A Ranera le gustaría que se reactivara la segunda línea del tranvía y dejó claro un espíritu colaborador para que la ciudad «se pueda transformar y beneficiar». Solo puso una línea roja: los derechos de los ciudadanos. «Son nuestra bandera y no consentiremos la pérdida de derechos porque cuando gobernamos los agrandamos y en la oposición toca resistir y mantener esos derechos. Vamos a ser el dique de contención», manifestó la portavoz, que antes de concluir se ofreció como instrumento «para coordinarse con el Gobierno de Aragón y de España».