Seguro que ya han visto y oído el vídeo en el que un diputado del Partido Popular, Carmelo Romero, espeta al portavoz de Más País, Íñigo Errejón, un sonoro «¡Vete al médico!» tras exponer su pregunta sobre salud mental en el Congreso de los Diputados.

Una escena como máxima expresión de aquello en lo que parece que se ha convertido la política española; un lodazal de ataques hacia una y otra bancada que no hace sino empantanarse más ahora que algunos señorías vuelven a estar en campaña.

Pero como en casi todo, también hay excepciones. Y es que el diputado del Partido Popular, Mario Garcés, rompió la disciplina de partido que llama a aplaudir a los propios y criticar a los ajenos ante cualquier circunstancia. Y lo que hizo el oscense en ese momento de bajeza política fue aplaudir a Errejón junto a las bancadas progresistas y afear el comentario de su compañero de filas.

«Se produjo una situación indeseada, excepcional. Un parlamentario expresó una opinión, pidió perdón poco después, y yo hice lo que me pareció de justicia en ese momento», explica Garcés, que fue Secretario de Estado de Servicios Sociales con Mariano Rajoy y estuvo personalmente implicado en la preparación de la Estrategia Nacional de Salud Mental. El propio Íñigo Errejón le agradeció su reacción momentos después por mensaje, y varios diputados socialistas alabaron su gesto.

«El comentario no fue aceptable», insiste Garcés, que asegura que en política «hay que ser justo». «Cuando se comete un error, se reconoce. Y cuando se formula una buena pregunta, hay que decirlo», asegura.

No obstante, frente a quienes piden la dimisión de Romero, el diputado popular asegura que lo importante es que «reconoció el alcance del error». «Si todo el mundo que comete un error en el Congreso tuviera que dimitir, quedaría muy poca gente», reflexionó.