El camionero que el pasado 11 de septiembre atropelló y causó la muerte a una niña de 4 años en el barrio zaragozano de La Cartuja declaró ayer en el juzgado que vio a la madre y a la pequeña en la acera pero que, al estar detenidas durante unos diez segundos, pensó que no iban a cruzar la calle. "Un coche me cedió el paso y realicé una maniobra correcta. No pude evitar el atropello", indicó. Asimismo, agregó que las obras en el desdoblamiento de la N-232 en La Cartuja le obligaban a pasar por el lugar de los hechos.

J. M. M. P. se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de Instrucción número 8, acusado de una falta de imprudencia con resultado de muerte, por la que los abogados de la familia de la víctima solicitan dos meses multa, a razón de seis euros diarios, y una responsabilidad civil directa para la compañía de transportes de 120.986,65 euros.

La madre de la menor, M. C. C., aseguró que permanecía junto a su hija en la acera del cruce entre las calles 14 de septiembre y Villalpando, en una zona donde no había paso de peatones. "En ningún momento bajamos a la calzada. El camión pasó bastante deprisa y se la llevó", explicó a preguntas de sus letrados. Una versión que fue puntualizada por los agentes de policía que redactaron el atestado, quienes aseguraron que tras el accidente, y a petición propia, la madre les aseguró que el vehículo no pisó la acera.

Según el documento policial, el camión no excedió el límite de velocidad de la calle --circulaba a 30 kilómetros por hora--, aunque sí se demostró que no podía transitar por la zona a la hora del accidente.

El siniestro se produjo a las 8.50 de la mañana, pero el vehículo, que excedía el peso permitido de 12,5 toneladas, únicamente podía circular por esas calles a partir de las nueve, gracias a un permiso especial que se adquiere en el Ayuntamiento de Zaragoza. Para hacerlo antes de esa hora, la empresa debía abonar una cantidad extra de dinero.

PERITAJES En la vista se leyó el testimonio de la única testigo de los hechos y comparecieron dos peritos. El de la acusación particular aseguró que el vehículo no golpeó a la madre primero porque la niña se encontraba algo más adelantada.

Además, a preguntas de la defensa, la madre esgrimió que no recuerda si la llevaba sujeta de su mano en el momento anterior al siniestro, aunque afirmó que casi todo el tiempo permaneció "agarrada a ella". De ahí que no quedara claro si la niña se soltó de su madre en el instante del atropello.

Por su parte, el de la defensa, que reconstruyó las secuencias del accidente, indicó que la rueda trasera derecha nunca se acercó a menos de un metro de la acera, lo que imposibilitaría que se hubiera subido a la acera.

Con estos informes, el abogado defensor del transportista solicitó la absolución del acusado.