Luisa Fernanda Rudi ha ejercido un papel a la defensiva en las relaciones con Cataluña y en más de una ocasión ha empleado sus intervenciones públicas para evidenciar sus reproches hacia la política de la Generalitat y el proceso soberanista. Asimismo, más allá de ejercer un aragonesismo cultural y político activo, se ha dedicado a contraponerlo a las tendencias anexionistas de una parte concreta de Cataluña que desde el Gobierno de Aragón se ha elevado a la categoría de total.

Tampoco ayuda al demostrado anticatalanismo de la presidenta y su Ejecutivo la actitud del Artur Mas, quien desatendiendo la mínima cortesía, no ha atendido la solicitud de entrevista que le ha pedido en más de una ocasión Luisa Fernanda Rudi. Mientras las relaciones sociales y la aplicación de convenios con Cataluña funcionan, las relaciones políticas son nefastas.

Óptimas son con Castilla La Mancha, con quien se ha firmado un convenio sanitario, y con la Comunidad Valenciana, con cuyo presidente, Alberto Fabra, hay buena relación y así lo atestiguan diversos encuentros y acuerdos. Eso sí, hay una discrepancia manifiesta respecto a los criterios que se deben atender para financiarse. Valencia pide más dinero para las pobladas, mientras que Aragón se ha aliado con Extremadura, Castilla La Mancha, Asturias, Galicia y Castilla y León para reclamar más atención a las comunidades despobladas.