«Si tú no lo cuentas, nadie sabrá lo que hemos sido el uno para el otro». Es la frase que Sara Torres pronunció en una cama del hospital de Pontevedra cuando hace cuatro años le diagnosticaron una enfermedad que acabó con su vida. En ella reside la clave de La peor parte. Memorias de amor, que ahora publica su compañero durante más de 30 años, Fernando Savater. «Normalmente he escrito sobre temas como la literatura o la política... este es un tema muy privado porque me pongo a hablar de mi mujer, de cómo la conocí y cómo la perdí. Y en este sentido es lo más íntimo que he escrito durante estos años. Nunca me había desnudado tanto escribiendo y no voy a escribir más. Esta es la despedida, pero quería que fuera hablando sobre ella y sobre mi vida con ella», expresó el filósofo vasco, que presentó su libro en Ibercaja Patio de la Infanta de Zaragoza.

En este sentido, Savater destacó los motivos de esta obra e incidió en que esta iba a ser la última: «Siempre, desde hace más de treinta años todo lo que he escrito lo he hecho para ella. Ella era mi primera lectora, me sugería muchas veces los temas, mejoras, enfoques... si no yo le preguntaba, y yo lo que buscaba fundamentalmente cuando escribía era que me diera su aprobación y le gustase lo que hacía. Me bastaba con que ella me sonriera y me dijera cuando algo me había quedado bien, no buscaba nada más. Este libro es inevitable que ella no lo pueda leer, porque está escrito precisamente lamentando eso, pero esta será la despedida, ya no tengo fuerzas para seguir escribiendo», aclaró Fernando Savater.

El libro se compone de tres partes. La primera de ellas es una reflexion sobre la pérdida de los seres queridos y el dolor: «Habla de cómo a una persona que había sido feliz de pronto le llega la desgracia y le coge por sorpresa, sin estar preparado», comentó. La segunda que es más extensa cuenta la vida junto a su mujer, y la tercera que es la más breve, pero al mismo tiempo la más triste se titula Nueve meses y «narra los nueve meses desde que le diagnosticaron la enfermedad hasta que murió», aclaró Fernando Savater

Su obra, reconoce, le ha ayudado a «sentir que todavía estaba haciendo algo por ella» y a sentirse «útil». «Después empecé a hacer reflexiones sobre la tristeza y los consuelos tan tontos que te da la gente. Luego, me di cuenta de que, realmente, lo que quería era escribir sobre ella. Y escribir algo que fuera una especie de conjuro, un recuerdo de ella para tenerla más cerca mientras escribía, para que otros la conocieran…», explicó. En este sentido, consideró también que lo que a él le había ayudado no tenía por qué funcionar para que otras personas superasen sus pérdidas: «Yo creo que esas cosas son monoplaza por así decirlo y que la pérdida afecta a cada persona de una manera muy diferente. Por ejemplo, esas cosas yo creo que dependen en parte también de la edad, no es lo mismo que pierdas a tu mujer con 30 años que a mi edad que la cosa se ve ya sin remedio», concluyó Savater. H