ATASCOS EN LAS ACERAS. Me gustaría realizar una sugerencia al Ayuntamiento de Zaragoza para la próxima vez que coloque marquesinas en las calles de la ciudad o en los diversos distritos. En Gran Vía, por ejemplo, ocurre que las distintas marquesinas que hay a lo largo de la avenida se sitúan casi en medio de las aceras, lo que interfiere en el tránsito de los peatones, que concretamente en esta calle suelen ser muchos, en especial a horas puntas. No les quiero ni contar los atascos que se forman cuando varias personas van caminando con sillas de bebé o carros de la compra. Para evitar estas molestias convendría adelantar un poco las marquesinas, es decir, no situarlas en medio de la acera, sino más cerca de la calzada. Estoy convencida de que resultaría mucho más funcional y evitaría numerosas molestias a los peatones. Los usuarios de los autobuses, además, no notarían ningún cambio. MARIO ROMEO. ZARAGOZA

COLAPSOS EN DELICIAS. Casi a diario, los días de labor, me veo obligada a pasar con mi coche por las inmediaciones de la avenida Navarra de Zaragoza. Precisamente, debo de circular desde la avenida Madrid hasta la calle Iriarte Reinoso. Un trayecto que lo podría realizar en cuestión de segundos si no fuera por la mala regulación de los seis semáforos con los que tropiezo en mi camino. Cuando uno por fin se pone en verde, nada más pasar diez metros, me veo obligada a volver a parar. Y así una y otra vez casi todos los días. Ya no únicamente me molesta el gasto de gasolina que esto supone, lo que me saca de quicio es la cantidad de tiempo que pierdo en un espacio de unos 500 metros. A esto se añade la presencia de camiones que van a cargar y descargar a los comercios de la zona. Estos, más de una vez, dificultan la circulación. Solicitaría a los técnicos del área de Movilidad Urbana del consistorio zaragozano que realizaran este trayecto un día para ver cómo se encuentran los semáforos. A la Policía Local también le rogaría que por las mañana, hacia el mediodía, se diera una vuelta por esta zona. Muchos vecinos saldríamos beneficiados. JUANA DELGADO. ZARAGOZA