Es un secreto a voces que los efectos del cambio climático están produciendo en todo el planeta elevadas temperaturas, alcanzando, así, récords absolutos en muchos puntos del territorio aragonés, como sucedió durante la primera ola de calor del verano. En localidades como Quinto se llegó hasta los 44 grados y e Híjar y Fraga se alcanzaron los 43,5.

Pero, ¿es cierto que el cambio climático es el causante de las altas temperaturas? El director del Observatorio de Sostenibilidad, Fernando Prieto, aseguró que actualmente «no hay ninguna duda de que esto sea cierto, todos somos conscientes de lo que está pasando».

Los datos obtenidos por el Observatorio de Sostenibilidad muestran la evolución al alza de las temperaturas en verano en las tres capitales aragonesas. En Zaragoza, entre los veranos de 1951 a 1955, la media se sitúo en los 14,44 grados, mientras que entre el 2014 el 2018 fue de 16,61, por lo que se produjo un aumento de 2,17 en 67 años. En Teruel el incremento en 31 años alcanzó el 1,58, mientras que en Huesca, en 74 años, fue de 1,20.

Prieto explicó que «las previsiones del observatorio que se han hecho hasta ahora, ni poniéndose en el peor de los casos, consiguieron prever lo que está ocurriendo ahora, esto es mucho peor de lo que se pensaba».

La vista está puesta en el año 2050, como uno de los escenarios más negativos posibles si antes no se produce una reducción del ritmo actual de emisiones atmosféricas, por lo que se prevé un incremento para entonces de 2,90 grados en Zaragoza y Teruel y de 2,80 en Huesca.

Al tiempo que el calor irá in crescendo, se producirá el efecto contrario con las precipitaciones. A pesar de ser «mucho más complicadas de prever», según Prieto, se puede afirmar que serán muy irregulares. El problema se producirá cuando exista un gran aumento de las temperaturas y, a pesar de que las tormentas fuesen similares, habrá más evapotranspiración y, por lo tanto, menos agua disponible para los ecosistemas.

ESTRATEGIA / Puede que sea demasiado tarde para frenar el cambio climático, debido a que las consecuencias de los actos del ser humano son claramente visibles en todo el planeta, con los efectos que ello tiene. Según Prieto, «lo único que se puede hacer es adaptarnos a esta situación» que, añadió, «cada vez va a ser peor».

En este sentido, la construcción de infraestructuras verdes se presenta como elementos clave para mitigar los efectos. Esta estrategia consiste en cubrir con vegetación los tejados de las viviendas para así mitigar la subida de las temperaturas además de que se creen anillos verdes alrededor de las ciudades.

Aprovechando la creación de los nuevos Ayuntamientos, la Alianza por la Emergencia Climática les exigió el pasado mes de junio que se comprometieran con las medidas que se deben de adoptar y que elaboren una hoja de ruta vinculante. Lo que se quiere conseguir es que las Administraciones públicas sean conscientes del estado de emergencia climática en el que se encuentra el planeta, así como los seres vivos y los ecosistemas.

«Existen dos maneras de combatir esta situación, la primera es a partir de la educación, para así darnos cuenta de lo que claramente estamos percibiendo todos. En segundo lugar entra en juego la actuación de cada uno de los ayuntamientos que deben de desempeñar un papel clave» explicó Prieto, desarrollando políticas de lucha contra el cambio climático.

Durante esta semana las temperaturas no han descendido de manera notable en la zona de Aragón. Este fin de semana se siguen esperando que los termómetros alcancen de nuevo altos niveles.