Los vecinos de Used, en la comarca de Daroca, abrieron ayer las compuertas de la Parada se abrieron ayer para inundar la laguna de La Zaida (nombre árabe que significa la señora, la que crece) con aguas que provienen de la sierra de Santa Cruz, como es tradicional desde hace siglos, cuando se recoge el cereal sembrado, se procede a la inundación de esta finca para permitir el refugio de las grullas.

La alcaldesa de Used, Carmen Sánchez, explica que esta es una finca "peculiar". "Unos años está inundada y otros sembrada, regulada por unas compuertas que se abren a las 10.00 horas después de haber recogido las cosechas".

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Al año que viene toca la operación inversa: "Las compuertas se cerrarán en la misma fecha para que el agua se vaya por una acequia a la laguna de Gallocanta". Esta tradición sirve para fertilizar y enriquecer las tierras "del mismo modo que hacían los egipcios encauzando el agua del río Nilo a una orilla del río o a la otra".

La edila resalta que esta práctica "es un ejemplo de desarrollo sostenible que se documenta en el siglo XV, en actas de la junta que entonces regulaba la laguna". Se supone que la finca fue donada por una aristócrata para aprovechamiento de la gente con menos recursos de Used, "en tiempos, la gente mayor, y eran sus hijos los que cultivaban La Zaida".

"El nombre de la laguna proviene del árabe y su significado encaja con la historia de ésta, es decir, señora que se supone que fue quien la donó, grulla damisela, ya que se convierte en refugio de las grullas, y la que florece por el cultivo del cereal", recuerda la alcaldesa.

Actualmente la finca pertenece al Ayuntamiento de Used y es este el que cede parcelas a las personas que cumplen los requisitos: estar empadronados en el pueblo, pernoctar en el municipio por lo menos seis meses y un día y llevar más años casados; todo gestionado por la Junta de La Zaida.

Pero en la finca, de unas 200 hectáreas de extensión, no solo se cultiva cereal, una vez inundada se convierte en una laguna de agua dulce en la que se refugian aves migratorias para comer y dormir. Sánchez subraya que "no existe nada parecido en toda España, ya que la finca se encuentra fuera del catálogo de humedales".

La laguna de La Zaida, junto con la de Guialguerro y Carabelas, en Torralba de los Sisones, son algunas de las 30 que conforman el entorno de la más grande, la de Gallocanta.