La gerencia de Urbanismo trabaja con la previsión de culminar toda la tramitación urbanística del proyecto de urbanización de los terrenos de la antigua cárcel de Torrero en torno al verano. A día de hoy, aún está pendiente el derribo de la antigua bastilla, pero poco a poco se van conociendo detalles de un proyecto que afecta a una superficie de casi 23.000 metros cuadrados y cuyo coste aproximado de urbanización se sitúa en torno al millón de euros.

Sin embargo, para empezar a ver el desarrollo de la zona habrá que esperar a que el Estado finalice la construcción del Centro de Inserción Social, prevista para el verano, al que se trasladarán los escasos usos penitenciarios que se mantienen en la cárcel. Cuando llegue ese momento y el Gobierno central formalice la desafectación de las instalaciones penitenciarias, la demolición se producirá de forma inmediata puesto que Urbanismo ya ha concedido las licencias y ha resuelto toda la tramitación para el derribo, según informaron fuentes municipales.

Además, la Gerencia de Urbanismo ya cuenta con una partida presupuestaria de 250.000 en el 2004, y 230.000 en el 2005, que servirán para desarrollar el proyecto.

Por otra parte, el estudio que se encargó a primeros de año para comprobar la viabilidad y capacidad del aparcamiento subterráneo estará acabado este mes. Urbanismo encargó la realización de este estudio ante las demandas de los vecinos y el déficit de aparcamientos que existe en la zona, con la intención de que el diseño y capacidad del párking se ajuste al máximo a las necesidades del barrio.

VIVIENDAS Y EQUIPAMIENTOS Pero además de una zona de aparcamiento subterráneo, el Plan Especial contempla también la creación de 160 viviendas, varios edificios para equipamientos sociales y zonas de uso público. En concreto, a espacios peatonales se destinarán 11.000 metros cuadrados, 7.000 de ellos concentrados en una gran plaza, que pretende ser un nuevo centro de actividad al sur del barrio. Los otros 4.000 metros se distribuirán en calles que relacionen la plaza con el entorno inmediato.

Los equipamientos sociales se repartirán en dos edificios, uno de los cuáles será el pabellón central de la antigua cárcel, del que se mantendrá su estructura por el interés arquitectónico, y el otro será de nueva construcción. Los usos concretos de estos espacios aún están por determinar y se negociarán con las entidades vecinales.

El suelo restante, cuya propiedad se reparten la Sociedad Municipal de Rehabilitación Urbana y el Estado, se destinará a la construcción de 160 viviendas de las cuales 110 serán de protección oficial.