La fuerte bajada que atraviesa este verano el turismo rural en Aragón no es casual. El elevado crecimiento de la oferta ilegal es uno de los factores más graves, según aseguraron ayer a este diarios fuentes del sector, que apuntan otras causas como las ofertas extremadamente baratas de la costa. A todo ello añaden cierto desentendimiento por parte de los consejos comarcales, a quienes piden más atención hacia el turismo rural.

El mes de julio ha puesto al sector contra las cuerdas, ya que la media de ocupación ha oscilado entre el 40 y 50% y para agosto las previsiones tampoco superan el 50%. El descenso es más evidente si se compara con el 2003, cuya ocupación en julio se situó entre el 70 y el 80% y en agosto entre el 60 y el 70%. La bajada ha sido generalizada, aunque su repercusión ha variado según zonas. Los mejor parados han resultado el Pirineo, que ha cerrado julio con un 70% en ocupación, y la Sierra de Albarracín, Gúdar-Javalambre y el Maestrazgo, que se sitúan en torno al 60%.

COMPETENCIA DESLEAL Las cifras de descenso en la ocupación hacen referencia a los establecimientos englobados en la Federación Aragonesa de Asociaciones de Alojamientos Rurales (FARATUR), que cuenta con 650 establecimientos en la comunidad, lo que supone entre el 80 y 90% de la oferta regulada en Aragón.

Sin embargo, el sector se enfrenta en la actualidad a un número creciente de alojamientos no regulados. "La oferta ilegal se ha disparado, pero no podemos ofrecer cifras puesto que no están registrados. Se hacen pasar por viviendas de turismo rural sin contar con las licencias ni ofrecer los niveles de calidad adecuado. Esto supone competencia desleal, que perjudica la fama de calidad del sector legalizado", afirma el presidente de FARATUR, Jesús Marco, quien enfatiza que hay que diferenciar entre turismo rural y turismo en el medio rural.

También el Director General de Turismo, Benito Ros, señala este aumento de la oferta como uno de los detonantes del descenso en la ocupación: "El sector ha crecido, pero acusa el gran auge de alojamientos extraoficiales. No es lo mismo una vivienda cualquiera de alquiler que una vivienda de turismo rural, que debe cumplir unos requisitos".

FALTA DE APOYO ECONOMICO En la actualidad el Gobierno de Aragón ya no subvenciona a las asociaciones de alojamiento rural, puesto que éstas entran dentro del ámbito comarcal, que son quienes tienen competencias en materia de promoción, inspecciones técnicas y otorgación de licencias, y autonomía para distribuir las partidas presupuestarias. "La comarcalización nos ha perjudicado en el sentido de que las ayudas que antes recibían las asociaciones por parte de la DGA no ha tenido ninguna continuidad desde los consejos comarcales", denuncia el presidente de FARATUR, que enfatiza que, salvo alguna excepción, las comarcas no les han apoyado.

El Gobierno de Aragón mantiene su apoyo al sector a través del convenio general con FARATUR, que este año ha aumentado un 20% y que se ha cifrado en tono a los 30.000 euros. "Con esa cifra nos da para subsistir, pero no para formación, ni para dinamizar las asociaciones, que constituyen la base del funcionamiento del turismo rural ya que son quienes asesoran a los dueños de las viviendas y les ayudan a hacer las gestiones", explica Marco.

Otros factores del descenso en la ocupación incluyen la delicada situación económica de gran parte de la población y las ofertas excesivamente baratas que se lanzan desde la costa española para contrarrestar las ofertas a destinos del Este.