Urbaser, compañía especializada en gestión medioambiental, y su filial Socamex liderarán y construirán en Zaragoza la primera biorrefinería europea de residuos sólidos urbanos (RSU) a escala industrial. La planta será capaz de valorizar la fracción orgánica (restos de comida, básicamente) y lodos provenientes de una depuradora de aguas residuales para obtener productos de alto valor para la industria. Empezará a construirse este año y contará con un presupuesto global de 23 millones de euros, de los que 15 millones serán sufragados con una ayuda de la Comisión Europea, que ha resuelto favorablemente la adjudicación y financiación de este proyecto europeo de I+D+i, denominado Circular Biocarbón.

Esta instalación innovadora se ubicará en el centro de innovación Alfonso Maíllo (CIAM) que Urbaser tiene en la capital aragonesa y en el Complejo para Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ), ambos situados en el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR). La iniciativa cuenta por tanto con la colaboración del ayuntamiento, que firmó un convenio para su desarrollo.

El proyecto tiene su precedente en una planta demostrativa que se acabó de montar el pasado verano en este mismo complejo zaragozano y que también contó con financiación de Bruselas a través del consorcio europeo Urbiofin. La instalación que ahora se va a poner en marcha será de una escala mucho mayor, en un entorno ya semi-industrial, e incorporará nuevas técnicas y lineas adicionales de trabajo.

Patentes de tecnología

«Es muy importante para el sector, porque es la primera planta de este tipo que se impulsa a nivel europeo, y también para España y Aragón, porque se va a hacer aquí», destacó Cristina Álvarez, director del proyecto, con el que Urbaser «se posiciona «en la punta de lanza de la economía circular». «Lo que se busca es ver si de verdad es rentable y si la calidad de los productos obtenidos es la que requiere el mercado», apuntó.

La planta aplicará el sistema propio de digestión anaerobia de vía seca que ha desarrollado Urbaser, al tiempo que se patentarán otras tecnologías que se van a desarrollar. El proyecto, de cinco años de duración, será financiado a través de la empresa común para las bioindustrias BBI (Bio-Based Industries), en el marco del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Una de las grandes novedades es que se tratará de obtener grafeno y coberturas de carbono de tipo diamante (para usos como revestimientos de piezas industriales) a partir del biometano (metano de origen biológico). También podrán producir fertilizantes de mayor calidad, bioplásticos y otros productos intermedios como por ejemplo proteínas, estruvita, sales de amonio y bioestimulantes algales.

El objetivo fundamental es abrir nuevos marcos empresariales y de negocio, basados en una nueva visión circular del tratamiento de residuos y lodos en la ciudad. En definitiva, avanzar hacia una bioeconomía sostenible. Se trata de optimizar la gestión tanto de fracción orgánica de la basura urbana como de los lodos de las depuradoras, consiguiendo aprovechar todo el carbono generado en un núcleo de población.

Soluciones de economía circular

El proyecto de innovación que coordina la Urbaser está en línea con el compromiso de esta empresa de encontrar soluciones que promuevan la economía circular. El consorcio de la iniciativa Circular Biocarbón está formado por un total de 11 socios pertenecientes a cinco países europeos entre los que se encuentran España, Italia, Dinamarca, Francia y Alemania. Supone «un hito para toda Europa por su capacidad de replicación», destacaron ayer desde la compañía