La selección española de balonmano arrancó su participación en el Campeonato de Europa de Dinamarca con una cómoda victoria 34-27 sobre Hungría, en un encuentro en el que solventó la baja de Julen Aginagalde con una sólida y efectiva defensa.

Consciente de la merma que supone la ausencia en ataque del pivote Julen Aginagalde, en especial ante defensas cerradas como el 6-0 que practican los húngaros, el conjunto español salió más aplicado que nunca en defensa y con buen hacer del portero José Manuel Sierra, que despejó cualquier duda que pudiera existir sobre la existencia de un relevo de garantías para el lesionado Arpad Sterbik con tres soberbias paradas, dos de ellas a lanzamientos de seis metros.

La ausencia de Aginagalde obliga a España a dar aún una vuelta más a su ya tradicional juego combinativo. Fue en los jugadores de segunda línea donde encontró la selección española el mejor camino para superar la defensa magiar.