Hace días que en el Casademont Zaragoza confían en que Javi García va a ser jugador del primer equipo. No como mero poseedor de una ficha profesional, sino jugador de verdad, en el sentido más amplio de la palabra. Hasta dónde será capaz de llegar y cuándo es algo que nadie puede adivinar porque cada uno sigue su propio camino, algunos llenos de curvas de todo tipo, con cruces en los que perderse, con rasantes en las que existe el riesgo de salirse. No todos van por autopista, como bien explica Porfirio Fisac sobre la temprana y sólida eclosión de Carlos Alocén, pero en el Casademont Zaragoza, al menos, sí hay una ruta claramente trazada y Javi García parece que la sigue con paso firme.

Su debut en la Liga Endesa no pudo ser más prometedor. Ya dejó ver muestras de su descaro y atrevimiento en la presentación ante el Real Madrid y contra el Obradoiro confirmó sus fundamentos y su valentía. Su primera acción fue robar un balón y no dudó en jugarse siete tiros de campo, acabando con 6 puntos en nueve minutos. La grada se quedó con ganas de que anotara un triple, pero como estreno no estuvo nada mal. Al acabar, se hizo una foto con San Miguel, el mejor tutor que puede tener, y Alocén, el espejo en el que va a mirarse todo canterano. «Muy contento por mi debut en la Liga ACB pero esto acaba de empezar. ¡¡¡Vamos Basket Zaragoza!!!», escribió en su Twitter.

LA OPORTUNIDAD / No hay que despistarse, ante el Obradoiro se dieron las condiciones ideales para que Javi García pudiera tener minutos. En la primera jornada no jugó y tendrá difícil entrar en una rotación de los tres bases, aunque Fisac ya ha dicho que le gusta jugar con dos a la vez y ahora todavía no dispone de Seibutis. En cualquier caso, el joven zaragozano parte por detrás en la carrera con San Miguel y Alocén, si bien el técnico avisa de que jugará cuando sea necesario. «El trabajo de Javi es un trabo de club y de todos los que han trabajado con él. Es parte de la carretera que queremos que haya desde la cantera hasta el primer equipo. Lo he dicho siempre, tenemos tres bases: un día jugará más, otro menos, pero cuando llegan a mi equipo ya no son jóvenes, no tienen DNI, sino que son jugadores del primer equipo y cualquiera puede jugar», explicó el segoviano tras el partido. Y la temporada no ha hecho más que empezar.