Acabó el histórico partido frente al Real Madrid el pasado domingo y minutos después Porfirio Fisac, sin poder ocultar su sonrisa y satisfacción, aprovechó para lanzar un mensaje destinado a reducir la euforia, para que el Casademont Zaragoza no se crea más de lo que es. Llega pletórico, endulzado y por las nubes de moral. Se respira ilusión en el ambiente y en una afición que cree que este año se puede hacer algo muy bonito, pero Fisac, en un ejercicio de responsabilidad, recordó, con acierto, que todavía no se ha logrado nada, que todavía hay un camino por recorrer y que no admite desviaciones.

Como la prueba del algodón, ahora al equipo aragonés le viene el desafío de control de la euforia en la Basketball Champions League recibiendo este miércoles al Happy Casa Brindisi en el Príncipe Felipe (20.30 horas, Aragón TV y DAZN) en un día tan propicio para dar un golpe encima de la mesa en la competición continental como peligroso por el adversario y las circunstancias del choque.

En el recuerdo, como el triunfo ante el Real Madrid, está el que se consiguió frente al Barça en casa, en la Liga Endesa. Días después, el Casademont tuvo que sudar mucho para vencer por un solo punto y sobre la bocina al Falco Szombathely húngaro, un rival que, a priori, era el más flojo del grupo. Un pequeño sobresalto. Plantó tanta cara que casi le amarga el día a los aragoneses. Eso es lo que quiere evitar el conjunto zaragozano, ningún tipo de sorpresa para afianzar las opciones de pasar de ronda y ese juego tan eléctrico y adictivo que le está dando tan buenos resultados.

Reducir ese posible grado de euforia es la principal preocupación del cuerpo técnico junto con mantener la regularidad, ser un equipo solvente en Liga Endesa y Champions, un conjunto ensamblado, con las ideas claras y muy respetado por todos los adversarios. Y eso solo pasa por seguir obteniendo victorias convincentes y sin renunciar a ese estilo tan alocado y característico.

En el plano más deportivo, no pudo empezar mejor diciembre, borrando de la pista al Real Madrid. Es uno de los meses más importantes de la temporada sin duda, ya que están en juego las clasificaciones para la Copa y la siguiente fase de la Champions. El primer objetivo está cercano y el segundo no admite relajaciones ni sustos.

El Casademont tiene un bagaje europeo de tres victorias y tres derrotas, el mismo que el Brindisi. Tan cerca estaba del primero como del último del grupo antes del triunfo de este martes del Dijon, pero cuenta con la ventaja de que la Champions ahora pasa por Zaragoza. Tras visitar al Bonn, Besiktas, Neptunas y Paok y jugar solo dos duelos en el Príncipe Felipe (los dos con triunfo), ahora el feudo aragonés se debe erigir como un fortín para sellar el pase a la siguiente ronda. Vienen tres duelos seguidos frente a Brindisi, Bonn y Besiktas que deben servir para encarrilar el grupo.

Los americanos del Brindisi

Para el duelo ante los italianos seguirán de baja Seibutis y Fran Vázquez, por lo que no podrán competir frente a un conjunto italiano peligroso porque será como espejo. Lleva un gran bagaje reciente (siete triunfos en las diez últimas jornadas) y es un equipo al que le encanta correr y las transiciones. Es decir, como al Casademont. Eso le convierte en un adversario complicado y que requerirá el máximo esfuerzo defensivo para evitar que jueguen a campo abierto.

Tiene un quinteto americano tan reconocible como consistente y, como sucede con varios equipos de la Champions, sus interiores son más pequeños pero más atléticos que los del Casademont, por lo que se generarán duelos interesantes dentro y fuera de la pintura. Banks es su gran estrella, un anotador puro, si bien Thompson, Stone, Martin y Brown promedian más de 10 puntos por partido todos ellos, por lo que serán serias amenazas del equipo aragonés. De todos modos, a favor del conjunto de Fisac, los italianos han sido incapaces de ganar lejos de su pabellón en la Champions.