Dos cosas sucedieron en el tercer cuarto que decidieron el partido, el Unicaja ganó el rebote y logró un parcial de 10-25. En realidad, una cosa llevó a la otra. El equipo malagueño se llevó 16 rebotes en ese periodo por tan solo 5 del CAI Zaragoza y ahí se abrió una brecha insalvable. Porque un rebote no es solo un rebote. Implica una salida en defensa, una nueva oportunidad en ataque, una posición de poder y privilegio en el juego. José Luis Abós había planteado una zona para intentar frenar la anotación visitante y el porcentaje del rival estaba siendo razonable, suficiente para que el CAI pudiera seguir peleando el partido. Pero el Unicaja se adueñó del rebote, se ganó segundas y terceras oportunidades, insistió e insistió hasta que acabó anotando. 9 rebotes, siete de ellos ofensivos, 15 puntos de diferencia.

Hasta entonces, ambas facetas, puntos y rebotes, rebotes y puntos, habían estado compensadas, igualadas. Hasta el final, la diferencia no hizo más que aumentar. El Unicaja alcanzó su media de rebotes ofensivos y capturó hasta 14 por los tan solo 6 que logró el CAI, un lastre cuando el equipo aragonés vio rebajarse sus porcentajes de acierto. Los interiores del Unicaja ganaron la partida, rebotearon más, intimidaron más, acabaron sumando más puntos. Vázquez y Stimac, los pivots del equipo visitante, cumplieron con su papel con 7 y 6 capturas respectivamente, aunque el más activo acabó siendo Carlos Suárez. Con tan solo tres puntos sumó 17 de valoración gracias a sus 10 rebotes. En el CAI, Norel y Fontet sumaron un total de tres, Sanikidze se llevó cinco y el más reboteador acabó siendo Michael Roll con 7.

Ahí estuvo la diferencia, el partido, el triunfo para el Unicaja. "En el tercer cuarto ellos han entrado muy fuerte al rebote ofensivo, demostrando que son el mejor equipo en ese apartado, y no hemos sabido pararlo bien. Nos hemos puesto en zona, nos ha sido un poco más difícil, ha habido rebotes largos, mala suerte. También han jugado muy duro en la presión poniéndonos en problemas para sacar el balón. Son cosas que tenemos que mejorar para próximos partidos, empezando por San Sebastián, porque nos han condenado", explicaba el capitán Albert Fontet. No es la primera vez que le sucede al CAI Zaragoza, sufridor habitual en ese apartado, y ayer la que acabó cogiendo un rebote fue la afición aragonesa.