La aprobación este miércoles en el Parlamento Europeo del mecanismo de recuperación y resiliencia, que canalizará 672.500 de los 750.000 millones de euros del nuevo fondo anticovid19, despeja el camino definitivamente al aluvión de millones con los que la Unión Europea intentará minimizar el impacto socioeconómico de la pandemia. Una vez aprobado formalmente por el Consejo y publicado en el Diario Oficial de la UE, a partir de la próxima semana, los Veintisiete podrán empezar a remitir oficialmente los planes de inversión y reformas nacionales, un requisito imprescindible para acceder a los miles de millones en subsidios y préstamos del nuevo instrumento.

Hasta ahora, según fuentes de la Comisión Europea, solo hay tres países que no han remitido ningún documento, seis solo han compartido con la Comisión Europea algunos elementos de sus planes mientras que los restantes 18 Estados miembros sí han enviado un borrador completo o buena parte del mismo. Este es el caso de España que envió hace unas semanas las últimas fichas -una treintena en total- con las reformas estructurales que planea hacer el Gobierno de Pedro Sánchez para acceder a los 140.000 millones de euros preasignados por la UE.

Pese al diálogo abierto con los Estados miembros en los últimos meses, para acelerar el proceso de evaluación y aprobación, Bruselas considera que muchos de los planes recibidos hasta ahora -que después tendrán que ser validados por los Veintisiete en el Ecofin- no ofrecen un equilibrio adecuado entre reformas e inversiones al primar más el segundo componente. “En algunos Estados miembros hay una fuerte dependencia de las inversiones más que de las reformas y parte del trabajo ahora es intentar encontrar el equilibrio”, explicaba esta semana fuentes de la dirección general de asuntos económicos.

Objetivos y plazos de reformas

Un mensaje que ya trasladó el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, durante la rueda de prensa del último Eurogrupo hace tres semanas en relación al plan español presentado aquel día por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, al resto de sus colegas europeos. “Lo que pedimos es un compromiso fuerte con las reformas y detalles sobre reformas y las metas” aunque “creo que vamos por la buena vía con España. Tenemos que seguir trabajando algunos días y algunas semanas”, dijo entonces el italiano.

Según fuentes de la Comisión todavía queda, en general, trabajo “sustancial” por delante para que los gobiernos aporten estimaciones del coste de sus medidas y definan con claridad los objetivos y las metas aunque “tenemos todavía unas semanas por delante. En todo caso, los planes no podrán aprobarse antes de que los Estados miembros hayan ratificado la decisión de recursos propios que permitirá a Bruselas acudir a los mercados en busca de financiación con la que financiar el nuevo fondo.

Para poder acceder al mismo, y solicitar el 13% de prefinanciación a la que tendrán derecho los gobiernos, los planes nacionales de recuperación deberán centrarse en cuatro pilares: transición ecológica, transformación digital, cohesión económica, productividad y competitividad, así como cohesión social y territorial. Los planes deberán además destinar al menos el 37% del presupuesto a proyectos vinculados con el clima, el 20% a medidas destinadas a reformas que apoyen la transición digital y respetar las recomendaciones económicas por país de la Comisión Europea. “El mecanismo es la respuesta correcta al impacto del virus”, ha celebrado la socialista Eider Gardiazabal, una de las ponentes de la Eurocámara. “Contribuirá a modernizar nuestras economías, hacerlas más limpias y verdes”, ha celebrado también el conservador popular Siegried Muresan.