El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, pretende renovar su reclamación de descentralizar la Administración del Estado, como la famosa idea de establecer un ministerio en Zaragoza, vinculada a la salida de la crisis económica derivada del coronavirus. A su juicio, «la dialéctica entre Madrid y Barcelona es letal para el resto de España», y una mayor distribución del poder político y económico ayudaría a un mejor funcionamiento del país.

Fue una de las reflexiones que dejó Lambán durante su partipación en el webinar (seminario digital) organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN y moderado por el director del diario, Nicolás Espada. Lambán expuso su análisis de la situación actual con la pandemia, la labor del Gobierno que preside y contestó a las preguntas de los lectores, gran parte de las cuales estaban relacionadas con la sanidad, la educación y la situación política. Además del cierre de la central de Andorra, dada la fecha (ver páginas 11 y 12) El encuentro, patrocinado por el Banco Sabadell, se pudo seguir en la página web del periódico (www.elperiodicodearagon.com), donde está disponible.

REHABILITACIÓN

Al hablar de la receta para salir de la crisis económica, Lambán lanzó esta idea sobre la descentralización y los perjuicios que a su juicio se derivan de la actual estructura del Estado y las luchas de poder. Una situación que, considera, «le va bien a Madrid, le va bien a Barcelona, pero le va fatal al resto del país». Por ello, afirmó, el Gobierno de Aragón, «con otros gobiernos, se va implicar a fondo en la rehabilitación del medio rural y en la desconcentrar el poder económico y político».

Este empeño pasará por «recuperar propuestas como la de la capital compartida para Zaragoza», pero también por medidas de fortalecimiento de la propia comunidad, como «apostar fuerte por nuestra industria, por nuestras élites económicas», y «asegurar, con todos los medios por nuestra parte, que Ibercaja siga siendo un banco aragonés, porque un banco vinculado a los intereses del territorio es un instrumento fundamental», consideró el presidente autonómico.

Lambán ahondó en estas pretensiones ante la pregunta de un lector, que le pedía opinión sobre las diferencias entre el ambiente político nacional y el aragonés. Algo que considera parte del mismo problema, «la manera de producirse la política en Madrid y Barcelona, y por extensión, Cataluña».

Unas polémicas que hasta cierto punto parecen impostadas, a tenor de lo que luego ha sucedido en las conferencias de presidentes autonómicos, celebradas por videoconferencia durante todos los domingos del estado de alarma. Según expuso Lambán, en ellas comprobó «hasta qué punto, cuando ponemos en común los problemas y las soluciones, las diferencias son insignificantes y el estímulo para la colaboración es extraordinario». Por ello, consideró que «si culmináramos el proceso de federalización que lleva implícito en Título VIII de la Constitución, la gobernanza del país saldría ganando. Si en vez de estar sumidos en la acumulación desmesurada de poder político de Madrid, con la traslación de sus problemas, se ampliase con una cámara de representación territorial (un papel que debería de jugar el Senado) creceríamos más y seríamos mucho mejores», añadió.

En cualquier caso, el aragonés restó importancia a las trifulcas del Congreso, pues, a su juicio, «la propia dinámica europea va a crear un caldo de cultivo para grandes acuerdos».

Algo por lo que apuesta, y así lo ha manifestado en varias ocasiones, como volvió a hacerlo ayer. «De esta crisis no se puede salir por la izquierda ni por la derecha. La izquierda no tiene ideas suficientes, la derecha tampoco. Hay que buscar grandes acuerdos transversales, y si hace un mes no tenía yo demasiada esperanza en que eso se produjera, sin que me jugara una uña, ahora es más probable», juzgó.

GRAN PACTO

Para ello, según la visión de Lambán, los acuerdos han de contar necesariamente con «tres actores fundamentales», como son PP, PSOE y Ciudadanos. A los que enseguida sumó a Podemos, «claro», como socio de Gobierno estatal.

También le preguntaron sobre la formación morada, en concreto sobre las diferencias entre el partido a nivel estatal y autonómico. No quiso responder a esta comparación, pero sí apuntó que su trato con Podemos en el cuatripartito es una experiencia «muy enriquecedora» y comparten gran parte de decisiones.