Su primera alegría fue ganar, hace un año, las 24 Horas de Le Mans. La segunda, certificar el título del Mundial de Resistencia con un nuevo triunfo y unirlo a las dos coronas que ya poseía de F-1. Fernando Alonso, de 37 años, sigue su hoja de ruta para «hacer algo que nunca se haya hecho en el automovilismo», según repite periódicamente. El fiasco en las 500 Millas de Indianápolis ha descafeinado la temporada del asturiano en su objetivo de la Triple Corona, pero nadie puede restar mérito a unir, por primera vez, en el automovilismo un título en Resistencia y dos en F-1.

Alonso ha vuelto a ganar un Mundial siete años después de luchar por el último, 13 temporadas después de aquel 2006, cuando logró su segundo entorchado en Fórmula 1 a los mandos de un Renault. «Volveré a Indianápolis, la Triple Corona sigue siendo un objetivo», insiste después de cubrir las dos patas restantes -el GP de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans-. Solo Graham Hill ha podido unir el trío de coronas en la historia de este deporte. El título comenzó a gestarse aquí, en este icónico trazado de la Sarthe, en la segunda carrera de resistencia para Alonso, mientras lo compaginaba con la temporada en F-1.

Hace un año le tildaron de loco. «No podrá hacerlo, si une los dos campeonatos no tendrá respiro, y además, son dos conceptos de pilotaje completamente diferentes», dijo Mark Webber, buen conocedor de las dos disciplinas, aunque nunca simultáneamente. «No sé si podrá aguantar. Lo veo casi imposible», apuntaba Nico Hulkenberg, piloto de Renault, y ganador en Le Mans en 2016.

Y le costó, vaya si le costó. «Parece que ha sido más fácil de lo que en realidad ha sido. Cuando firmé con Toyota no sabía si podría adaptarme al coche, al pilotaje, a la forma de enfocar carreras de 24 horas después de tantos años en otro tipo de pruebas», recuerda el asturiano, que no disfrutó de un día de fiesta compaginando la Resistencia y la F-1.

LAS PECULIARIDADES

«El Toyota Hybrid es una máquina muy compleja, más de lo que cualquiera podría pensar. Requiere mucha adaptación para utilizarlo correctamente y no es fácil su gestión. Así que también aprendí un montón de cosas en el simulador, desde el manejo de todos los botones del volante hasta la manera de frenar, los múltiples reglajes…». Se estudiaba por las noches los apuntes que le pedía a Toyota. Apenas dormía… Pero, junto a Sebastian Buemi y Kazuki Nakajima, ganó las dos primeras carreras del Mundial frente al otro equipo de Toyota formado por Mike Conway, José María López y Kamui Kobayashi.

Tras los triunfos de Spa y Le Mans, llegó la descalificación de los dos coches en Silverstone por irregularidades en el fondo plano, una victoria del coche nº 7 en Japón, y el gran encontronazo de Alonso con el equipo. Fue en la prueba de China, después de que una serie de ilógicas decisiones en el muro le arrebataran el triunfo. El director técnico de Toyota, Pascal Vasselon, le pidió disculpas públicamente, pero entre el francés -el mismo que le había querido fichar para Toyota F-1 en el año 2006- y el asturiano se abrió una herida que nunca cicatrizó, y que ha terminado con el adiós de Alonso del Mundial de Resistencia y con la opción de ser uno de los pilotos oficiales en el Dakar-2020.