Como sucede cada vez que la plantilla del FC Barcelona vuelve al trabajo tras el parón liguero por los compromisos de las selecciones, a Ernesto Valverde le corresponde ahora evaluar la malignidad del virus FIFA y medir el daño que ha causado a cada uno de sus jugadores a fin de diseñar el plan de entrenamientos y empezar a decidir la composición del equipo que el sábado se enfrentará al RCD Espanyol en el Camp Nou. Por el momento, si la principal preocupación del técnico azulgrana era el estado físico de Leo Messi (y, con lesión o sin ella, el estado de Messi es siempre la principal preocupación del barcelonismo), el Txingurri ya tiene un motivo para respirar con más tranquilidad: el capitán, que había tenido que abandonar la concentración de la selección argentina por unas molestias en los isquiotibiales, se reincorporó ayer al entrenamiento del equipo con plena normalidad.

Además del astro rosarino, otros ocho futbolistas regresaron al trabajo en la Ciudad Deportiva Joan Gamper después de cumplir con sus respectivos países: Marc-André Ter Stegen, Nelson Semedo, Samuel Umtiti, Thomas Vermaelen, Jean-Clair Todibo, Ivan Rakitic, Carles Aleñá y Jasper Cillessen. De todos ellos, solo llegó tocado el guardameta holandés, que se quedó en el gimnasio para tratarse unas molestias en la cadera que no parece que vayan a impedir su presencia en la lista de convocados para el derbi del sábado.

También se antoja más que probable la inclusión en la convocatoria de Luis Suárez, que se lesionó el tobillo derecho en el partido contra el Betis y quedó por ello eximido de atender los compromisos de la selección uruguaya. El ariete charrúa, que en días pasados estuvo realizando trabajo específico al margen del grupo, ya pudo participar ayer en una parte del entrenamiento junto a sus compañeros. Quien sigue en cambio recuperándose en solitario es Ousmane Dembélé, víctima de una rotura del biceps femoral de la pierna izquierda.