Ruth Beitia, el último cartucho del equipo español para irrumpir en el medallero de los Mundiales en pista cubierta de Sopot (Polonia), consiguió la medalla de bronce con una marca de 2,00 metros.

Por delante de la atleta cántabra terminaron la rusa Maria Kuchina, líder mundial del año con 2,01, y la polaca Kamila Licwinko, ambas con el mismo registro que la plusmarquista española.

Se trata de la décima medalla que Beitia se cuelga en alta competición, incluidos Juegos Olímpicos y Mundiales y Europeos en sala y al aire libre. Hasta hoy tenía dos de oro, cuatro de plata y tres de bronce.

Gracias a la atleta cántabra, el atletismo español no regresa de vacío de los Mundiales en sala, como le ocurrió hace dos años en Estambul.