Demasiado enemigo para tan poco Zaragoza. El Chelsea demostró que está un punto por encima y fue justísimo vencedor. Eso, a pesar de que Víctor probó muy pocas cosas en el amistoso más serio, con Movilla jugando toda la segunda parte. No fue suficiente, sin embargo, porque el conjuto local dominó a su antojo el choque, dejó el balón a su rival cuando quiso y lo sentenció cuando lo estimó conveniente, tras el descanso, en el momento en que el Zaragoza intentaba mirar a los ojos a su gigantesco rival.

Y es que la cita se las traía, con el fuerte calor, el viaje y el partido del sábado como inconvenientes añadidos, y no se pudo superar tan alto listón. Víctor se la tomó como la prueba más seria, con Alvaro y Milito por primera vez como pareja en el eje y una línea de ataque que se aproximará mucho a la que comience la temporada. Además, el técnico quiso contrarestar el poderío físico del equipo inglés en la medular --Lampard, Makelele-- con Zapater y Soriano.

DESDE EL ARRANQUE Sin embargo, la teoría se fue al traste muy pronto. El Chelsea tiene el mismo sello que el Oporto de la temporada pasada, el que imprime Mourinho. Salió en tromba, avisó con una primera ocasión de Duff tras un error en el fuera de juego de la defensa y marcó poco después por medio del veloz Drogba. El delantero de Costa de Marfil sólo necesitó un fallo de Luis García para remachar a placer un centro de Geremi con sólo nueve minutos de juego en Stamford Bridge.

En la filosofía de Mourinho un gol es más que un tesoro y el Chelsea dejó que el Zaragoza despertara para cederle la posesión de balón. El problema es que también hay que saber qué hacer con él y el Zaragoza se perdió frente a un enemigo bien organizado tras su fortín defensivo con Lampard como gran director. Así, sólo un disparo de Cani, el más activo, inquietó a Cech, ya que Óscar, Villa y Savio se perdieron. Al menos, la solvencia de Álvaro y Milito igualó la fortaleza de Drogba y Gudjonshen para ir al descanso con derrota mínima.

No se lo pensó Víctor dos veces en la segunda parte, dio la alternativa a Movilla para que el balón se moviera con más rapidez y el Pelado cumplió, ya que el Zargoza ganó en dinamismo, aunque seguía siendo Lampard el amo y señor. De él partió la jugada del segundo gol, un envío que no vio Aranzabal y que Parker puso en el área para que Milito lo remachara en su intento por despejar.>br