El fútbol se está convirtiendo en materia para lingüistas. Tiene su idioma propio. Hay versos que sólo tienen lógica dentro de un rectángulo de césped y una pelota de colorines. El Huesca tiene en desuso el diccionario de algunos vocablos o frases hechas. Esta pasada semana recuperó uno del letargo. Este punto será bueno si ganamos fuera de casa. Hace tiempo que este dicho deportivo entre el empate en El Alcoraz y la victoria donde sea no se conjugaba en el vestuario y ahora ha sonado como mantra en la llanura tibetana.

Otras entradas del María Moliner valdrían también para describir lo que se nos viene encima. Máxima exigencia. Obvio. Lo son todas y lo que te rondaré Huesca. Partido de gran trascendencia. No puede ser de otra manera siendo colista. Rival directo. Directísimo. Porque el Valladolid anda cojo, algo más ligero, pero malo y con bajas. Otros vocablos añadidos al discurso y potenciados por la energía gramatical de Pacheta son confianza, detalles, solidez, unión, ocasiones, gol, portería a cero, intensidad y orden. Orden, orden y orden. Ese es el sustantivo que este entrenador estoico y numantino más repitió desde la banda ante el Villarreal, con el que le valió ese punto que debe crecer en tres en Valladolid este viernes (21.00), y con la que ha venido arengando esta semana.

Realmente todas estas son sinónimos de una, de victoria. Aquella que no se nombra como propia desde el 12 de diciembre, mes y medio, pero que rebota en la cabeza de todos con loca insistencia. Y la única que esta noche valdrá como alivio. De no hacerlo se volverá a una casilla de salida con una rampa más penosa, con menos tiempo y más urgencias.

El bálsamo hacia el optimismo, ese que se necesita ingerir para afrontar con un nuevo reto cada semana, es que hubo una mejora ante el Villarreal. No le marcaron al Huesca y eso no pasa mucho. Era únicamente la segunda ocasión. Lo malo es que no marcó y eso ya es más habitual. Lleva cuatro jornadas sin hacerlo y es una preocupación que ha centrado y debe centrar la orientación del partido. Llegar más que el rival, como ocurrió en Getafe, y ser resolutivo es la asignatura pendiente en este cuatrimestre y el nuevo listón a superar para Pacheta. Sin perder atrás, ganar delante.

La semana ha recuperado cierta normalidad. Se han podido completar cuatro sesiones, sin partido de por medio en un calendario atropellado, aunque se juegue el viernes. No se han producido más bajas por el covid (se mantienen Insua y Real) y tampoco ha habido más víctimas de percances musculares, aunque siguen sin recuperarse del todo Mosquera y Sandro. Ontiveros es baja al cumplir el primer ciclo de tarjetas.

Tampoco se han marchado ni ha llegado nadie. Recuerden que en la anterior excursión por Primera se ficharon a siete jugadores en el mercado invernal. Eran otros tiempos. Con el bazar alicatado por la ausencia de movimientos, el negocio en recesión, hay que hilar más fino si cabe para hacer una inversión y hacerla con cabeza. La necesidad del grupo es evidente, aunque la aparición más que notable de Doumbia podría paliar la urgencia de obtener un medio centro defensivo, aunque armar un ataque con más presencia, más con jugadores que están perdiendo minutos (Ferreiro y Borja) se plantea como una obviedad, como un nuevo central si se insiste en la apuesta de competir con una línea de tres.

Esta es la apuesta que Pacheta ha realizado para alterar la dinámica de Míchel. Ese orden se establece como descripción de achicar espacios, minimizar posibles errores que se estaban repitiendo. Sirvió para cortocircuitar al Villarreal y se espera se repita el dibujo para ganar en confianza. Otra cosa es cómo se armará el ataque, donde la rapidez debe ser la seña de identidad. Mayor verticalidad, contando además sin la flecha de Ontiveros, y rapidez en la transición. Y contundencia.

Bajas y Kodro

El Valladolid no ha tenido tanto tiempo para preparar un partido que para ellos recoge los mimos adjetivos que encabezaban este texto. Decimosexto con 20 puntos, a siete del Huesca y dos de zona de descenso. Jugaron y perdieron, con muchos suplentes, el martes en la Copa ante en Levante (2-4), germinando más dudas entorno a Sergio, que ya llegó al Alcoraz en la primera vuelta con críticas (2-2). Lo ha ido lidiando aunque no gana en Pucela desde el 11 de diciembre. Viene de dos empates en Liga. El Huesca perdió allí (1-0) hace dos cursos.

Sergio recupera a los centrales Bruno y El Yamiq, tras pasar el exzaragocista el covid. Mesa, por expulsión, se queda en casa, como los lesionados Sánchez, Olivas, Raúl, Janko, Fede y André más Blanco y Jota (covid). Puede debutar Kodro, recién cedido del Athletic.