Cani acabó la noche en la Clínica Quirón por la doble fractura del tabique nasal y la rotura de los huesos propios de la nariz por el terrible codazo que le propinó Del Horno en los últimos minutos de la primera parte. El futbolista, que tuvo que retirarse en ese momento del terreno de juego, fue atendido en un primer momento en el Hospital de Basurto, próximo a San Mamés, y después viajó en un taxi a Zaragoza, acompañado por el doctor Jesús Villanueva y Delio Toledo, que se perdió el choque ante el Athletic por un fuerte proceso gripal.

La acción se desarrolló en el minuto 44. Cani intentó un regate junto a la cal de la banda derecha zaragocista ante Del Horno, que de espaldas al jugador soltó el brazo directo hacia el rostro del Niño. Es muy difícil precisar si hubo voluntariedad en la acción, pero es obvio que el brazo del rojiblanco, que no vio ni amarilla, no estaba donde debía y fue el futbolista del Zaragoza el que lo padeció. Sus gestos de dolor y la sangre que derramaba por la nariz no tardaron en anunciar que no iba a poder seguir en el campo, algo que el doctor Villanueva corroboró cuando llegó a la zona donde tuvo lugar la acción.

Cani fue retirado del césped y sustituido por Galletti y ya en ese primer momento se auguraba que tenía la nariz rota, algo que las pruebas en el Hospital de Basurto, adonde fue trasladado en el descanso, se encargaron de confirmar. "Sufre una doble fractura del tabique nasal y la rotura de los huesos propios de la nariz", señaló Villanueva antes de subirse al taxi a las 22.30 horas.

LA MASCARA, UNA POSIBILIDAD El galeno zaragocista no quiso descartar a Cani para el choque ante el Sevilla, el domingo (17.30 horas) en La Romareda, aunque su presencia se antoja difícil: "Ya veremos cómo es la evolución y cómo se encuentra, pero igual puede jugar con una máscara o algún tipo de protección".

Pasadas las doce y media llegaba el taxi con el jugador a la Quirón. El Niño, que reconoció haberse asustado mucho en un principio, pero que estaba ya bastante más tranquilo, llevaba el semblante serio, aunque por lo menos el dolor en la zona era menor que después del golpe. Al cierra de esta edición, la intención de los médicos era que pasara por el quirófano la pasada madrugada para reconstruir la doble fractura en el tabique y la rotura de los huesos propios. A lo largo de la próxima semana se valorará la posibilidad de que juegue con máscara ante el Sevilla, aunque el jugador será el que tenga la última palabra.