E s un salvaje. Es una bestia. No hay otra definición para este corredor. En apenas dos etapas definidas al esprint, el Tour 2018 ya conoce el nombre de quien no solo está llamado a dominar las llegadas masivas en esta edición de la ronda francesa, sino en el panorama ciclista mundial, por lo menos, en una década. Es Fernando Gaviria, velocista colombiano de tan solo 23 años.

Era una llegada sin peligro. Una recta de dos kilómetros. Al inicio de la misma, como si fuera el horizonte, se veía el cartel de la meta. El viento soplaba de cara. Un territorio para jugársela, para bajar la cabeza y colocar la bici a más de 60 kilómetros por hora. Una invitación para que los locos del esprint asomaran, se animaran y deleitasen en lo que debía ser la emoción fuerte de la cuarta etapa del Tour.

Hasta Mark Cavendish se animó. Marcel Kittel, el viejo, al que dejaron partir este año del belga Quick Step para apostar, todo o nada por Gaviria, lo intentó. Él, que en el pasado ganaba en este tipo de llegadas casi con una pierna, también tuvo que rendirse a la evidencia. Porque cuando Gaviria puso la directa, cuando este joven ciclista que conseguirá que los colombianos, amantes de la montaña, conocidos como escarabajos, se entusiasmen por los esprints como si fueran belgas u holandeses, nada hubo que hacer. Solo rendirse, levantarse, aplaudirlo y entregarse a su velocidad en la recta de llegada.

Si hubiese que buscar el esprint perfecto, el de ayer se situaría en lo alto del podio. ¿Y dónde estaba Peter Sagan? Porque él no es de los que se rinden. A él no le gusta que le roben protagonismo. Él quiere ser el mejor.

Sagan, como André Greipel tuvo que rendirse. Se lo puso difícil. Tanto, que el empeño de Sagan no fue sino una llamada a que Gaviria se esforzase todavía más; mucho más. «En el esprint se trata de aguantar un poco más que el rival y cuando este no puede entonces debes sacar un punto más de velocidad. Y así se gana. Perfecta definición de Gaviria para hacer todavía más grande su victoria de etapa.

Sagan ya ha descubierto quién será su rival en los próximos esprints. Y que nadie crea que serán días tranquilos porque al mínimo instante, como ayer a 5,5 kilómetros de meta, una bici pierde el control y decenas se esparcen por el suelo. Salta la alarma. Se cortan Rigo Urán, que enlaza, e Ilnur Zakarin, que cede 59 segundos; Mikel Landa se salva por los pelos. Es el Tour.

INTENTOS DE COFIDIS / Es el Tour de Francia, donde hay equipos como el Cofidis que lo corren interrumpidamente desde 1997 y que busca una victoria -10 llevan en toda la historia- desde el 2009. Ayer, con dos corredores en la fuga del día (Anthony Pérez y Dimitri Claeys) estuvieron cerca. Es muy duro fugarse al principio de la etapa y ser neutralizado a 1.200 metros de la llegada. Es el Tour. Sin más.