Una victoria sabe bien, pero si ha costado mucho lograrla, es mucho más dulce. El Prainsa ayer no ganó, pero finalmente hizo bueno el resultado de la ida (3-1) para apear de la Copa de la Reina al Espanyol.

Las catalanas salieron al campo con un alto ritmo de juego. Su ataque tuvo momentos de alta compenetración y las ocasiones comenzaron a llegar, pero fueron dos errores de las visitantes las que facilitaron los tantos de las locales. En el primer tanto, Miriam aprovechó un despeje a la zona dónde nunca se debe realizar, al centro. La jugadora local se sacó un potente chut, acercando la eliminatoria para su equipo. A la media hora de juego, una desafortunada cesión para la portera, permitió a Marta Cubí hacerse con el cuero y marcar el segundo tanto.

RENOVADOS BRÍOS En el descanso, el combinado aragonés lavó su cara y salió al campo con la moral renovada. Ya estaba todo perdido, la cosa únicamente podía ir a mejor. El Prainsa se hizo con la posesión del esférico, empezando a demostrar sus mejores cualidades, dejando atrás el fácil recurso del patadón y empezando a perforar las líneas rivales con precisas acciones.

Tras algunas ocasiones erradas, Edite, jugadora incorporada recientemente para esta competición, fue la que culminó una fantástica jugada de la vanguardia aragonesa. Era el minuto 83 y se esperaba que el acoso local a la meta maña fuera incesante. Sin embargo, la concentración y orden de las filas del Prainsa no permitieron excesivo peligro.

El Espanyol, que hizo lo más difícil y pensaba que su oponente estaba noqueado, observó a su contrincante levantarse de la lona en el segundo tiempo, asestando un tremendo golpe final.

Ahora llega la semifinal. En ella, el Prainsa se enfrentará al Rayo Vallecano, Atlético Madrid o Levante. El cuadro valenciano es el hueso más duro, por lo que se desea que el sorteo sea benevolente y no haya un cruce con las azulgranas.