Después de que durante tres días el Palau Sant Jordi haya acogido las verificaciones administrativas y técnicas del rally Barcelona-Dakar, los vehículos participantes en la prueba africana velan sus armas, aparcados en la Avenida de Maria Cristina, esperando a que mañana se dé el pistoletazo de salida a la carrera con la disputa de una superespecial de seis kilómetros en Castelldefels.

Hoy acabarán de pasar las verificaciones los equipos más punteros y esta tarde ya estará toda la caravana dispuesta en el parque cerrado para que todos los aficionados (ayer fueron 50.000) puedan ver de cerca esas maravillas de la tecnología.

Para asegurar que todo funcione correctamente y que el espíritu del Dakar discurra con naturalidad por Barcelona, se ha gestionado un dispositivo especial formado por alrededor de 500 agentes que velarán por la seguridad. Además de los agentes habituales la Policía Nacional desplazará hasta la especial de Castelldefels dos unidades antidisturbios, una unidad de los Tedax (antiexplosivos) con perros adiestrados, así como el grupo de información (antiterrorismo).