Pico a Pico es uno de los programas con mayor aceptación en Peña Guara. Ya cuenta con 24 años de antigüedad y ha ascendido casi todos los picos más famosos del Pirineo aragonés y un ramillete de los de mayor solera en Francia. Como es tradicional, este año comenzó y terminó haciendo una ascensión al Tozal de Guara por diferentes vertientes. El inicio de la actividad fue el 11 y 12 de mayo.

A partir de entonces, a los montañeros oscenses les esperaban los ascensos a La Pala de Ip y La Moleta el 9 de junio, el Gran Garbat el 22 y 23 de junio, el Pico de Alba el 7 de julio, el Soum de Ramond y el Monte Perdido el 27 y 28 de julio, la Seil dera Baquo y el Perdiguero el 7 y 8 de septiembre y la Tendeñera el 29 de septiembre. Este año han cumplido con el programa y no ha habido ningún fallo. «Es raro porque a veces el tiempo nos hace la puñeta. El año pasado queríamos ir a la Pala de Ip y estuvo lloviendo todo el día. Este año lo hemos podido hacer sin problemas», explica Lorenzo Ortas, el responsable de Pico a Pico.

Se cerró este ciclo el domingo pasado subiendo de nuevo al Tozal de Guara. Esta vez por la vertiente norte de Nocito. «Siempre empezamos con Guara y terminamos con Guara. Era una antigua tradición del club. Intentamos hacer recorridos diferentes. En mayo el inicio fue desde Pedruel y subiendo todas las cumbres del macizo de Guara desde el Cabezo y el Tozal de Cuvillas. Dormimos en el refugio de Fenales y el día siguiente subimos Guara, Fragineto y fuimos a parar a Vadiello». Se cerró el curso repitiendo la excursión. «Lo hacemos por Nocito porque comemos allí. En el restaurante Ortas nos dan muy bien de comer. Hizo un día muy bueno. Hicimos una travesía por Cañatas, Fenales, subimos a Guara y bajamos hasta la Pillera y por el barranco fondo regresamos a Nocito. Como íbamos a comer nos dimos prisa», explica con humor Lorenzo Ortas.

Los grandes impulsores de esta actividad fueron Manolo Bara, Alfonso Uriel y Antonio Gros. «Había gente que tenía ganas de subir picos y no se atrevían a ir solos. Lo único que ha cambiado es que llevamos unos años con limitación de plazas. Si la excursión es fácil son 30 plazas y si tiene dificultad 24 o 25. No queremos llevar tanta gente porque asumes unos riesgos y no queremos llevar tanta gente. Hasta ahora no ha habido ningún accidente», reconoce el veterano montañero.

En cada excursión van tres responsables. Son Óscar Fernández, Marcos Bielsa y Lorenzo Ortas. «Pero el 80% ya llevan viniendo años a esta actividad y son gente que se maneja sola. Los hay que llevan doce años seguidos de continuidad y creo que el más veterano soy yo. Pero siempre viene gente nueva. Además, no nos parece bien llevar grupos de 50 personas a un pico», reconoce. No es una actividad para enseñar a nadie como en un cursillo. «La gente que viene tiene que saber andar por el monte y manejar los crampones y el piolet. Vamos en autobús y nos permite hacer excursiones circulares, que de otra manera no podríamos hacer. Por ejemplo, subimos a la Tendeñera por La Ripera y bajamos por Linás de Broto. Además, vamos a picos no muy conocidos», dice.

Este año la excursión más larga duró 14 horas. «Fuimos al refugio de Estós, subimos la Seil dera Baquo, hicimos toda la cresta, bajamos a Francia, al lago de Portillón d’Oo, subimos el Perdiguero y bajamos por Literola. También fue larga la del Soum de Ramond y el Monte Pedido bajando por Pineta», apunta.

La cima más fácil aparte de Guara fue la Tendeñera. «La más complicada fue la subida al Soum de Ramond. Nevó el día de antes y la canal estaba bastante helada. Fue en julio. También el Pico de Alba. Tiene una pedrera desagradable y peligrosa». Este año han ascendido por primera vez a la Pala de Ip, el Gran Barbat, que está en Francia, junto a la Seil dera Baquo. Para el 25 aniversario no saben qué picos subirán. «El programa lo diseñaremos entre todos el mes que viene», cierra.