Más de 14.000 personas se han contagiado del virus del ébola desde que apareció el brote el pasado marzo en Guinea Conakry. De ellas, más de 5.000 han muerto ya, lo que causó una tremenda alarma en Marruecos, que se impuso a Sudáfrica en la elección de la sede de la Copa de África del 2015. El gobierno marroquí solicitó en octubre un aplazamiento por un año del torneo que no le fue concedido. El resultado final ha sido la descalificación del país del Magreb y la designación, ayer, de Guinea Ecuatorial como nueva sede del campeonato, que se celebrará del 17 de enero al 8 de febrero.

La conclusión es clara. Guinea Ecuatorial sí se atreve con el ébola. En sus fronteras se reunirán las 16 mejores selecciones del continente en una cita que siempre atrae a miles de seguidores que llenan de colorido las calles y estadios. La Confederación Africana de Fútbol (CAF) anunció ayer la decisión después de que el mandatario del nuevo anfitrión, Teodoro Obiang Nguema, aceptara albergar el torneo tras reunirse con los dirigentes de la organización en El Cairo.