Con la salida de Alberto Contador el Tour ya no tiene ningún ganador entre sus supervivientes. Andy Schleck, Froome y el madrileño han salido por el mismo procedimiento y no precisamente deportivo. Ahora todo son conjeturas sobre quién podrá alcanzar el podio de París para el que Nibali ostenta la candidatura más sólida, pero hablar de solidez en esta edición parece un mal augurio. En esta situación tan insospechada hace una semana, los franceses, que no han ganado desde 1985 con Hinault, ya hacen quinielas con sus corredores. Están esperanzados con dos jóvenes ciclistas: Bardet y Pinaud, de 23 y 24 años. Están situados en la cuarta y sexta plaza, respectivamente, de la general. Es importante que ambos ya tengan experiencia en esta carrera. Bardet fue el primer francés el año pasado (con 22 años) en el puesto 15° y Pinot fue décimo en el 2012. La comandancia del Tour está vacante y Vicenzo Nibali tiene claro que le van a atacar y probablemente sea de lejos. Su equipo es actualmente una formación compacta pero con ciertas carencias, y lo más duro está por llegar. Atacar a Nibali en el último puerto no tiene mucho sentido. Formaciones como Movistar con Valverde y Sky con Porte tienen capacidad para desbaratar la carrera. La cuestión es si estos podrán asumir la responsabilidad final.