El título de la Copa de la Reina de básquet en 1990 por parte del Banco Zaragozano ya ha pasado a la leyenda del deporte aragonés como el título de Wimbledon de Conchita Martínez, la etapa del Tour de Piau Engaly de Fernando Escartín, los goles de Carlos Lapetra con la selección o el bronce de Eliseo Martín en el Mundial de París. Ese glorioso día el Banco Zaragozano de Zaga Zeravica se impuso tras dos prórrogas al Microbank por 95-94.

La gran protagonista fue un caballo desbocado llamado Karina Rodríguez. La alero metió nada menos que 48 puntos, la mitad de la anotación aragonesa. Han pasado 28 años desde aquella gesta. Rodríguez tiene ahora 46 y desde Sao Paulo recuerda al detalle aquel título. «Era muy joven, tenía 18 años y era mi primera experiencia en Europa. Ese año se inauguró el Príncipe Felipe y era increíble jugar allí», indica Karina.

Aquel equipo llevaba tan solo un año en la máxima categoría. «No teníamos mucho favoritismo. Fuimos subiendo, subiendo y subiendo. Ganamos el primer partido, ganamos las semifinales al Tintoretto y en la final nos salió todo bien y conseguimos un título que es inédito en la historia del baloncesto femenino zaragozano», indica Rodríguez. Todavía se le ponen los pelos de gallina cuando refresca su memoria. «Me sigue emocionando. Fue un partido con dos tiempos extras, un equipo como el nuestro que no era favorito en nada. En un negocio de apuestas ni nosotras apostaríamos. Me acuerdo muchísimo de Pilar Valero, de Estela Ferrer, de Anitta Blangé, Nines Gracia, Reyes Castilla... No éramos un equipo muy bueno, pero sí muy luchador. El grupo tenía unión y humildad. Siempre se hablan de mis 48 puntos, pero hay que ser humilde también para que alguien haga esa puntuación. Nadie hace 48 puntos sola. En ciertos momentos en el deporte la lucha y la personalidad cuenta más que la calidad técnica. Y lo demostramos ese día. Teníamos una estructura muy buena para entrenar. Ese año en el partido de las estrellas metimos casi 10.000 personas en el Príncipe Felipe. Zaragoza respiraba baloncesto femenino. Eso culminó en un título que todavía se recuerda», afirma Rodríguez.

Zaga Zeravica fue decisiva en ese título. «Debería tener mucho más reconocimiento. Pero cuando se es mujer de un gran entrenador, eres la mujer de... Ranko era un genio del baloncesto mundial. Zaga era muy adelantada para los años noventa. Tenía una gran capacidad de unir al grupo, todos los días había un pastel de fresas o un almuerzo en su casa. Eso se hace ahora con psicólogos y grandes estructuras», afirma.

EL FICHAJE

Karina fue fichada por las gestiones de José Antonio Martín Espíldora, el presidente del Banco Zaragozano, con Ranko Zeravika, que por aquel entonces preparaba al Ferrocarril Oeste de Argentina. Este le habló de una chica argentina muy joven que tiraba muy mal, pero que metía todo. Hacía de todo, lanzar, penetrar, defender... Físicamente era bestial. En un partido con el Crédito Nacional de Sao Paulo de Brasil jugando mal metió 56 puntos», dice Martín Espíldora.

Karina Rodríguez reconoce que «me tiraba todas las pelotas. Algunos días me las tiraba exageradamente todas. Ese día en Jerez me entraron todas. Era la primera en entrar al entrenamiento y la última en salir», explica la exjugadora. Confiesa que «no sabía que se jugaba la Copa de la Reina este fin de semana. Y si me hubieran invitado, me habría pagado el pasaje en avión y me hubiera presentado en Zaragoza. No se construye el futuro sin valorar el pasado. Aparte jugadoras extranjeras hay autóctonas como Pilar Valero, Nines Gracia, Teresa Seco, que son de Zaragoza... Espero que algún día nos hagan un homenaje. Lamento mucho que no se respete la historia de una conquista», dice.

En total estuvo en Zaragoza dos años. El segundo fue subcampeona de la Liga, la Copa y la Copa Ronchetti con Alfonso Alonso. «No hubo una buena propuesta. La vida del atleta es corta. Tenía una propuesta de Brasil y fui campeona mundial. Desde entonces no volví a competir en España. Pero tengo un gran cariño por la ciudad y me encantaría estar allí». Es argentina, pero nacionalizada brasileña. «Nací en Buenos Aires. Sigo haciendo deporte para mantener la forma física. No haría 48 puntos, pero sí que metería 20», dice con ironía. Tiene dos niñas y trabaja en una asesoría deportiva y en unas franquicias de alimentación.