El Real Madrid, cuando peor lo tenía, y aupado por su coraje y el desacierto del Atlético, logró una victoria en el Vicente Calderón que cierra la crisis y endosa una gran carga de frustración a un rival que le dejó escapar vivo. Resultó un derbi escaso de juego, que una vez más venció el que tuvo más pegada. Poca pegada y mucha polémica. Polémica en el gol del Atlético, el 1-1, marcado de penalti cometido por Pavón a Nikolaidis. Y más polémica en el tanto de la victoria madridista. En un córner, una posible falta de Raúl a Aragoneses y un posterior remate de Helguera, que terminaría enviando el balón a las mallas, en un posible fuera de juego, abren una semana para correcciones arbitrales.

Sea con polémica o no, el Madrid se adueñó del derbi en casa ajena y se adentra en la jornada de hoy esperando noticias de Mestalla. Ahora, pasa al Valencia y se coloca en un liderato provisional vital a cinco jornadas del cierre liguero.

LA PRIMERA EN LOS DIENTES Ya es costumbre. Toda una semana hablando de tácticas, de debilidades del rival o de la situación anímica de uno u otro para que todo lo previsto se vaya al garete con un temprano gol del Real Madrid. Es un hándicap al que el Atlético parece haberse acostumbrado. Una jugada con el mérito repartido entre Figo y Solari. El primero robó el balón en el centro del campo y lo llevó a la banda izquierda, desde donde Solari explotó su habilidad para sorprender a los guardametas. Aragoneses le entregó el poste más cercano, a la espera de que centrase y se comió el gol.

El Atlético quedó desorientado. Intentó dominar el choque, hacerlo suyo, y remontar, pero las ideas fluían escasas y el Madrid, con un Figo hiperactivo, esperaba su oportunidad para finiquitar el encuentro.

NIKOLAIDIS Todo cambió tras el descanso. La entrada de Demis Nikolaidis por Gabi fue totalmente efectiva. El griego provocó un penalti y la expulsión de Pavón en su primera acción (m.46). Marcó Paunovic el penalti y el Madrid pasó por sus peores momentos, con un jugador menos y a merced de la euforia rojiblanca.

Su falta de acierto (Jorge falló solo ante Casillas), sin embargo, dio oxígeno a un rival mermado físicamente, que cuando peor pintaba se encontró con la victoria a su alcance, gracias a un saque de esquina que, obstaculizado por Raúl, no supo despejar Aragoneses, Beckham peinó y Helguera concretó de cabeza un 1-2 que noqueó al Atlético y reabre la Liga.