A falta de fútbol, bueno son los goles. Y si es una manita, mejor (5-0). Así resolvió el Madrid la visita del Levante, en un encuentro que se le atravesó durante la primera mitad y que encarriló con tres goles en cinco minutos, la mejor receta para salir del atasco y restablecer la paz con el público del Bernabéu.

De la nada a la abundancia. De la negación por el fútbol a la orgía realizadora. Así pasó el Madrid por un partido que pintaba muy mal en el primer tiempo. Ya entonces obtuvo un premio excesivo para sus méritos con el tanto de Ronaldo al filo del descanso. Hasta entonces, su equipo había sembrado tantas dudas como ante el Barcelona y frente al Bayer Leverkusen. Y parecía que la semanita se iba a cerrar con muy poco o con nada. Sin embargo, apareció la pegada, la resolución, lo que definía a este equipo en otros tiempos, para cerrar el partido en los 10 primeros minutos de la segunda mitad.

No había tirado entre los tres palos hasta el primer tanto y luego sacó la máxima rentabilidad. Tres disparos y tres goles. De golpe había recuperado toda la efectividad. Los tantos acallaron los pitos del público, que se había vuelto a levantar contra su equipo por su escasa respuesta ante un recién ascendido, que presionó al Madrid y se movió con solvencia y comodidad. Sólo le faltó lo que luego le sobró al Madrid: definición. Cuando la pudo encontrar, apareció Casillas, como en un disparo de Sergio García (m. 9) y otro de Nacho a la media hora.

Nada parecía cambiar en el Madrid, donde sólo Guti ponía algo de rigor a la hora de mover la pelota. Ni siquiera cambiarlos muebles de lugar en ese lujoso salón que es el Madrid ofreció rédito alguno a García Remón. El técnico puso a Beckham en la derecha y Figo a la izquierda. Así estaba en la pizarra, porque pronto se vio a los dos juntos en la banda derecha, casi molestándose.

LOS CAMBIOS DE FIGO Y es que el portugués mostró la misma inquietud de siempre. Comenzó en la izquierda, se pasó al centro y viajó hasta la derecha. Tampoco Beckham se pegó a esa banda. Precisamente, el pase del inglés a Ronaldo en el primer tanto lo hizo desde el centro para que el brasileño marcara por bajo con la izquierda (m. 43).

El Madrid no había hecho prácticamente nada para mandar en el marcador, pero en el inicio de la segunda mitad llegó la tormenta para el Levante. La inició Figo, que agarró un balón en el centro del campo, llegó cerca del área y lanzó un fuerte zapatazo con la derecha que se coló en la portería de Mora (m. 49). Dos minutos después llegó el tercero en un pase de Celades a Ronaldo, que el delantero aprovechó para marcar por bajo. Y hasta Beckham se sumó a la fiesta, también con un fuerte lanzamiento con la derecha (m. 54).

Y Owen, que hizo el quinto después de una espectacular jugada de Guti. El canterano se metió entre dos jugadores del Levante con un toque sutil, esquivó a un defensa y metió un pase perfecto para que el inglés marcara por bajo. Fue el cierre a una noche que empezó muy mal y que cambió bruscamente de lado en un suspiro. Cosas del fútbol.