Misión cumplida para Carlos Mayo. El atleta zaragozano estuvo notable en la carrera más importante de su corta trayectoria internacional. Para el pupilo de José Luis Mareca llegar a la final de los 3.000 metros de los Campeonatos de Europa era un premio. Y ayer Mayo tenía como objetivo disfrutar. La final se corrió a un ritmo lento, lo peor para un atleta de ritmo crucero como es Mayo. El zaragozano fue siempre en mitad del pelotón, mientras el italiano Razine pasó el primer mil en 2.50.68 y Mechaal se mostraba vigilante. Mediada la carrera los turcos pasaron a la acción. Kaya encabezó el grupo, pero en el 2.000 se puso en cabeza el alemán Ringer (5.34.21).

A dos vueltas del final Mechaal pasó a la acción. El español progresó mientras Mayo hacía la goma con el italiano Crippa perdiendo metros con los seis de cabeza. Al toque de campana Mechaal atacó, le respondió el noruego Ingebrigtsen, que se puso a la par del español en la entrada de la curva que llevaba a meta. Pero Mechaal no se dejó pasar y venció con suficiencia con 8.00.60. Segundo era Ingebrigtsen y tercero Ringer. Mayo llegaba a meta exhausto y en octavo lugar con 8.06.15. Había sido una experiencia extraordinaria para el zaragozano. «Ha sido una carrera muy difícil y me ha faltado experiencia con tanta gente en una pista tan pequeña. Pero estoy contento y con ganas de dar un pasito más en los próximos campeonatos», afirmaba el aragonés en la meta.

Fue un Europeo con más luces que sombras para el atletismo español que terminó con el oro de Mechaal, las platas de Ruth Beitia en la altura y Jorge Ureña en el heptathlón y el bronce de Álvaro de Arriba en los 800 lisos. El 800 lisos fue una de las decepciones puesto que España corría con tres de los seis competidores y solo se llevó metal De Arriba en una carrera perra (1.49.68). Esther Guerrero soñaba con los metales en la prueba femenina, pero se conformó con ser la sexta (2.03.09. La sorpresa fue la plata de Jorge Ureña en el heptathlón (6.227 puntos). También fue finalista en el 3.000 Ana Lozano, sexta con 8.55.20. Fue el Europeo de la británica Laura Muir, ganadora del 1.500 y 3.000 y de la local Ivana Spanovic, con unos espectaculares 7,24 en longitud.