Ganó el Casademont Zaragoza, que es de lo que se trataba, en un partido de sube y baja ante el Movistar Estudiantes, que nunca se dio por rendido (73-79). Los aragoneses continúan con su buena racha ante rivales directos y dan un pasito más para alejarse definitivamente de los puestos de descenso. La buena defensa al inicio del segundo tiempo permitió crecer al Casademont que, sin embargo, no pudo cerrar el partido ante un combativo Estudiantes y acabó sufriendo en un final de errores. Pero la balanza volvió a decantarse de su lado.

El partido tuvo de casi todo. Momentos buenos, muy buenos, regulares y flojos. Un Dylan Ennis espectacular en ataque y en defensa que al final pierde un par de balones que comprometen el partido. Un Hlinason algo tímido a la hora de intimidar que acaba emergiendo. Un Justiz que todavía no se acaba de encontrar en su nuevo yo y hace optar al entrenador por jugar sin pívot. Un Harris que sigue equivocándose muy poco. Un Javi García capaz de liderar al equipo cuando pone la directa en el marcador. Grandes acciones colectivas y acumulación de errores en otros momentos.

En la primera parte, las defensas alternativas del Estudiantes lograron trabar el ritmo del Casademont Zaragoza, que no terminó de encontrar su camino en ataque ni de cerrar en defensa. Una buena puesta en escena del debutante Barea y los puntos de Avramovic contribuyeron a mantener la máxima igualdad en el marcador (40-39 al descanso). En el equipo aragonés era Ennis quien llevaba la voz cantante en la parcela ofensiva pero en realidad ninguno de los dos equipos conseguía hacerse con el mando de la situación. Por ejemplo, ninguno anotó de tres en el primer cuarto. Los aciertos llegaban con cuentagotas.

La segunda parte fue muy diferente. En lugar de en el WiZink Center parecía jugarse en el Parque Warner, en una permanente montaña rusa. La salida de vestuarios del Casademont fue casi perfecta. Con una defensa asfixiante a toda pista, los aragoneses provocaron los errores locales, pudieron darle velocidad a su juego y encontraron el ritmo en el que se encuentran cómodos y anotan con facilidad.

El equipo de Sergio Hernández subía y subía, aumentando su ventaja por encima de los diez puntos en un momento sin que el Estudiantes pudiera responder. Pero después de la subida llega la bajada. La reacción local provocó entonces los errores visitantes y, en otro visto y no visto, la ventaja pasó de 14 a 7 puntos en el tramo final del partido. El Estudiantes remó y remó y logró ponerse incluso a tres puntos, fallando dos acciones consecutivas para recortar todavía más esa diferencia.

Pero el Casademont tuvo más acierto cuando estuvo acertado y menos errores cuando estuvo desacertado, al contrario que un Movistar Estudiantes que se cargó enseguida de faltas por dentro y falló demasiado en los momentos clave. Aún así, compitió muy bien para llevar un mes parado, pero las actuaciones de Barea y Avramovic no resultaron suficientes.

El Casademont resistió en pie las embestidas finales y salió airoso de la montaña rusa, sumando otra victoria fundamental para sus aspiraciones. El equipo aragonés sigue imparable contra los equipos de la zona baja de la tabla y ya son siete victorias. El sábado le espera otro duelo importante contra el Obradoiro, al que ya supera en la tabla, para alejarse casi definitivamente de los puestos de peligro. El equipo aragonés va por buen camino.