Otro problema más para Víctor Muñoz y su equipo de trabajo: si la plantilla sigue en el aire y sin paracaídas a seis días del regreso al trabajo, la legión de extranjeros en nómina del club aragonés se ha convertido en una migraña no sólo para el técnico, sino también para la entidad. La próxima temporada tan sólo podrán presentar en la federación tres jugadores sin pasaporte comunitario, y en la lista figuran cinco: el brasileño Alvaro Maior, el paraguayo Delio Toledo, el argentino Leo Ponzio, el serbio Goran Drulic y el croata Mate Bilic.

El técnico tiene muy claro con quiénes cuenta y con quiénes no, y el club está de acuerdo. Las plazas serán ocupadas por Alvaro, Toledo y Ponzio, y la idea era que el mediocentro lograra la nacionalidad italiana antes del 30 de agosto, fecha límite para el cierre de presentación de plantillas, para que Drulic continuara siendo útil. Esta posibilidad es muy remota, por lo que se está buscando una salida al punta serbio. Si no se consigue colocarle en alguna operación, es más que probable que se quede toda la temporada sin ficha.

La herencia

Esta terrible herencia económica y deportiva está pasando factura desde hace tiempo. Drulic lleva sobre sus espaldas una triple carga: ser la contratación más cara en la historia del Real Zaragoza (13 millones de euros), un rosario de lesiones y la certeza de que es un futbolista que no se corresponde en absoluto al astronómico precio desembolsado por él. Su cuarta temporada en el equipo, después de tres en el anonimato, puede vivirla en la grada. No es menos hiriente el caso de Mate Bilic, contratado con urgencia al Hajduk Split para solventar la baja por una gravísima lesión de Drulic en la pretemporada 01-02. El croata tampoco mejoró las prestaciones en ataque en el año del descenso, y al curso siguiente fue prestado al Almería y el pasado ejercicio al Sporting. Ahora se pretende enviarlo de nuevo de viaje, ya que tiene contrato hasta el 2007, pero ya ha comunicado su intención de no moverse de aquí salvo que le aseguren que en esta ocasión militará en un equipo de Primera División.

Con dos delanteros extranjeros desperdiciados, el Real Zaragoza intentará exprimir los tres que legalmente le permite la federación. Un trío de clara vocación defensiva en el que sobresale Alvaro. El brasileño, quien se descolgó al final de la campaña con la sugerencia de una mejora económica desestimada por el club, redondeó un trabajo casi perfecto. Su rendimiento en el eje de la retaguardia fue notable, y su oportunismo goleador, de un enorme valor para el conjunto aragonés. Todos sus tantos supusieron puntos, sobre todo el que logró ante Osasuna en el minuto 90 y que salvó virtualmente al Real Zaragoza del descenso a falta de dos jornadas para el término de la temporada. De los extranjeros, es el único con un alto grado de fiabilidad, el más competitivo.

Sin convencer

Delio Toledo fue el único extranjero contratado en verano para huir de Segunda División. Lateral zurdo contundente y central ocasional, no termina de convencer por su propensión a estancarse atrás. Terminó el año con dos goles al Atlético y en un estado de forma envidiable, pero la irrupción de Aranzabal, mucho más profundo y con mejor y más técnica salida del balón cuando profundiza, amenaza muy en serio en convertirle en un asiduo de la suplencia. De esta forma es más que probable que el Real Zaragoza alinee en muchos partidos a dos extranjeros: Alvaro y Ponzio, este último un 5 argentino peleón y desordenado con la pelota en los pies.

Ponzio es una apuesta fuerte de todo el cuerpo técnico, que ve en el joven centrocampista a un futbolista de gran proyección. Lo que ofreció en su debut en el equipo dispara más de una sospecha sobre si sus cualidades merecen esa confianza ciega. Su excelente sentido de la recuperación lo ensucia con una frenética necesidad de querer ir más allá con el balón de lo que le permiten sus limitaciones técnicas.

Buen lanzador pero pobre llegador, Soriano tuvo que aparecer en escena en los momentos críticos para dejar un poso mucho más táctico, coherente y productivo que el argentino. En este sentido, Víctor se equivoca: el zaragozano, en estos momentos, es un futbolista superior en esa posición al suramericano. Pero claro, que de cinco extranjeros jugara sólo uno sería una bofetada demasiado sonora para el cuerpo técnico, que no está dispuesta a recibirla por nada del mundo.