Comenzó mal, pero acabó pletórica. Garbiñe Muguruza quiere quitarse de encima un verano pésimo y comenzó arrasando en el cuarto grande del año, el Abierto de EEUU, donde en la primera ronda apartó con contundencia a la china Shuai Zhang, jugadora número 34 del mundo, por 6-3 y 6-0 en una hora y 17 minutos de partido.

La hispanovenezolana, de 24 años, con dos títulos de Grand Slam ya en su haber (Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017) pretende enderezar las cosas, que le han ido torcidas en los últimos meses. Ayer enlazó 10 juegos seguidos y cinco roturas de servicio consecutivas sobre Zhang para pasar de un 2-3 desfavorable en la primera manga a ese inapelable 6-3 y 6-0 que le sitúa ya en la segunda ronda, donde se encontrará a la vencedora del duelo entre la checa Karolina Muchova y la ucraniana Dayana Yastremska.

«Llevaba mucho tiempo sin competir y estoy claramente contenta con esta victoria», aseguró Garbiñe, que renunció a varios torneos, como los de Montreal y New Haven, por diferentes molestias, antes de viajar a Nueva York. Sabe que su año 2018 no es el mejor (ha pasado del puesto 3º al 12º en el ránking desde su derrota en segunda ronda en Wimbledon).

La primera gran sorpresa del torneo no se hizo esperar y llegó de la mano de la estonia Kaia Kanepi, que derrotó en el partido que abría la pista Louis Armstrong a la número uno del mundo, la rumana Simona Halep, por 6-2 y 6-4.