En el 2002, en el torneo de Mallorca, Rafael Nadal logró su primera victoria en el circuito profesional. Se impuso al paraguayo Ramón Delgado. Tenía 15 años y estaba en el puesto 762 mundial. Ayer, 16 años después, el ahora número uno mundial apuntó su victoria número 900 para acceder a los cuartos de final de Roland Garros al vencer al alemán Maximilian Marterer por 6-3, 6-2 y 7-6 (7-4).

Nadal no se acordaba demasiado de aquel partido. «Está muy lejos», dijo, pero sí que ese triunfo le dio 15 puntos ATP y fue el trampolín para «entrar directo» en los torneos futuros. Tampoco sabía que ayer ganó su partido 900. «¿Es hoy?», preguntó para después destacar los más importantes para él. El primero de su lista. «la Copa Davis en el 2004», ganada con su actual entrenador, Carlos Moyá, en Sevilla, después la maratoniana final de Roma que le ganó a Guillermo Coria en el 2005.

Cómo no, «el primer Wimbledon, en el 2008, Australia 2009, Roland Garros y el Abierto de EEUU del 2010, por tener los cuatro grandes, después el Abierto de EEUU del 2013 y el Roland Garros del año pasado, significó ganar el décimo título». Hay pocas dudas de que este año morderá la undécima Copa de los Mosqueteros, aunque él evita cualquier euforia. «La única realidad es el próximo partido. Mi victoria es cada día», insistió. Ayer sumó 37 sets consecutivos sin perder en Roland Garros al vencer a Maximilian Marterer, esparrin suyo hace cinco años.

«Quiero pensar que tengo una opción, por pequeña que sea», había dicho el alemán. Y la tuvo durante los dos primeros juegos para adelantarse 0-2. Pero en cuanto Nadal equilibró su raqueta a los potentes golpes del alemán, de 22 años y 70 mundial, no le dio más opciones. Nadal puso la quinta marcha y encadenó cinco juegos seguidos (5-2) y no dejó de apretar el acelerador hasta el inicio del tercer set. En ese momento admitió que bajó su ritmo. «Jugué más defensivo, menos agresivo». Y Marterer aprovechó para marcharse de la pista con el orgullo de haber forzado al decacampeón a un tie break final.

El próximo en lanzar el guante a Nadal será un su «amigo» Diego Schwartzman. El argentino, número 12 mundial, se ganó el derecho tras remontarle cinco sets al sudafricano Kevin Anderson, al que venció por 1-6, 2-6, 7-5, 7-6 (7-0) y 6-2. En los otros partidos de octavos, Del Potro se impuso a Isner por 6-4, 6-4, 6-4, y Cicic a Fognini por 6-4, 6-1, 3-6, 6-7 (4) y 6-3.