Ni el Zaragoza quería cederlo, ni García Granero, que sabe que lo tendrá difícil para jugar con Víctor, estaba dispuesto a irse, aunque el Nástic intentó su cesión hasta el final, pero ayer hizo oficial su renuncia. "Hablé con el jugador, no lo vi muy convencido de venir a Tarragona y, en el Gimnástic sólo queremos futbolistas del todo comprometidos", precisó el presidente del club, Josep María Andreu.