Imanol Idiakez abordó de puntillas la situación actual en la que se encuentra la plantilla del Real Zaragoza. Un plantel casi cerrado, todavía pendiente de esclarecer la más que probable cesión de Raí Nascimento para que continúe escalando en su progresión. Otro de los nombres propios de este final de mercado es el suizo Oliver Buff. Al helvético se le había ofrecido la posibilidad de salir del conjunto aragonés en el hipotético caso de que llegase una oferta satisfactoria para todas las partes. La respuesta del refinado futbolista fue contundente en el terreno de juego. Realizó un primer encuentro a un nivel elevado; derrochando calidad con esos pases con su sello de calidad e implicándose —más de lo normal— en tareas del equipo. «El otro día jugó 80 minutos. Ahora va convocado y tiene muchas opciones de volver a jugar», comentó el preparador vasco.

El técnico zaragocista confirmó que él cree que no se producirá ninguna entrada ni salida más y, tras una breve pausa, matizó con un «pregúntaselo a Lalo, en principio no esperamos muchos movimientos». Oliver Buff es un futbolista especial, con un perfil diferencial en una categoría infestada de monotonía. El suizo rompe con ella para aportar un plus con sus pildoras rellenas de fina clase, que indudablemente aumentan las prestaciones del equipo. Una pieza que no resulta prescindible para los planes de Idiakez, así lo dejó entender ayer, cuando aseveró con contundencia que «tenemos el número correcto de jugadores en puestos de ataque».

El vértice alto del rombo cuenta con un amplio catálogo de posibilidades. Una competencia salvaje que, para el técnico vasco, no supone un estorbo. Al contrario. «A mí, como entrenador, me suena a riqueza. Luego será la competición la que nos ponga en el camino».

Son muchos los preparadores que no rehuyen de poder contar a su disposición con un amplio número de futbolistas en la zona ofensiva. Siempre surgen bajas inesperadas, quizás de larga duración. Sanciones o jugadores que atraviesan un estado de forma bajo. Es por ello que disponer de distintos y variados perfiles aumenta el fondo de armario y la capacidad de reacción frente a un infortunio inesperado. «Si queremos aspirar a lo que pretendemos no solo tenemos que tener un once titular y que el resto de futbolistas sean de otro nivel. Tenemos que tener una competencia como la que tenemos. Que cuando haya lesiones o bajas no lo notemos. Es una competencia buenísima para el equipo», explicó Imanol Idiakez.

Una plantilla para soñar

Aún pendiente de que se esclarezcan algunos detalles, el preparador donostiarra mostró su profunda satisfacción por la composición de un bloque ya perfilado —en su mayoría— durante el curso pasado, necesitado únicamente de algunas incorporaciones. «Tenemos una buena plantilla que mantiene la base del año pasado y con unas incorporaciones que nos dan el nivel que queríamos», dijo el zaragocista.

Desde el primer instante se fijó en la hoja de ruta el objetivo del ascenso para la presente temporada. Un objetivo ambicioso, pero realista a tenor de la altura del proyecto. El propio Idiakez explicó que el bloque zaragocista compone «una plantilla para intentar soñar, pero sabiendo que tenemos que competir con otras grandes plantillas. Esto es un maratón, es muy largo. Ahora mi labor es intentar optimizar esta plantilla». El futuro de Oliver Buff todavía es incierto, pendiente de resolverse en los últimos días de mercado. Mientras tanto, el helvético disfrutará de más minutos vestido de blanquillo frente al Reus.