Hace cuatro días, como quien dice, el Casademont Zaragoza miraba directamente a los puestos de descenso y sus rivales directos eran todos aquellos en situación comprometida de perder la categoría. Ahora ya no necesita fijarse en el retrovisor porque avista a los ocho primeros. Si este sábado gana al Joventut en el Príncipe Felipe (20.45 horas) se quedará a una victoria de la Penya e igualará al Unicaja, que jugará el partido de esta jornada en el Palau el 16 de marzo.

Este equipo es otro. Uno ganador, seguro de sí mismo, con una idea clara. Además, los últimos retoques de la plantilla la han dejado más compensada y la han hecho más poderosa. Con Harris y Wiley Sergio Hernández tiene mucha más madera por dentro. Por si eso fuera poco, el equipo llega al tramo decisivo entero, al completo, sin percances que lo mermen de momento. Ha recuperado todas sus piezas y ha engrasado su maquinaria. En el 2021 ha disputado ocho partidos oficiales y solo ha perdido uno.

Eso le da confianza en sí mismo y le granjea el respeto de los rivales, que ya saben cuánto ha cambiado este Casademont. Por eso el Joventut tiene la certeza de que el duelo de esta tarde no tendrá nada que ver con el de la primera vuelta, en el los verdinegros se impusieron por 88-81 con un inspiradísimo López-Aróstegui. El internacional español será una de las figuras en las que el Casademont tendrá que poner cuidado, igual que con Ante Tomic, la referencia interior del Joventut. De hecho, López-Aróstegui es el máximo anotador de la Penya con 13,1 puntos por partido, seguido por el pívot con 12,5 y secundados por Brodziansky con 10,1.

El Joventut llega a Zaragoza con la única baja de Demetrius Jackson, que no podrá jugar por una rotura muscular en el aductor largo de la pierna derecha, y con la necesidad de cambiar su tendencia. El conjunto de Carles Durán es séptimo con 12 triunfos pero sus tres últimos partidos se han saldado con derrota, el de cuartos de final de la Copa frente al Baskonia, el derbi ante el Barça en el regreso de la Liga Endesa y el último disputado, frente al Unicaja en la Eurocup.

El equilibrio

Así que los verdinegros pueden llegar con alguna duda, circunstancia que debe ser aprovechada por el Casademont para seguir haciéndose fuerte en casa. El equipo de Sergio Hernández está lanzado y ahora debe encontrar el equilibrio entre la confianza y el hambre para que un exceso de la primera no le haga cometer errores. El Casademont no pierde en el Príncipe Felipe desde diciembre, ha cambiado sus objetivos en la Liga y en la Champions ha empezado con paso firme su camino hacia la final a ocho. Ganar al Joventut le permitirá meterse de lleno, con todavía doce jornadas por delante, en la pelea por los playoffs, algo que hace dos meses no se le hubiera pasado a nadie por la cabeza.

El Casademont Zaragoza es ahora un equipo en el sentido más amplio del término, cuenta con una rotación más sólida que no le hace perder ni energía ni efectividad y va encontrando cada día un referente al que agarrarse. Eso le permite no depender de nadie en particular y dificulta el trabajo de los rivales. Frente al Joventut intentará imponer su ritmo y su juego, ese baloncesto rápido y de muchísimas posesiones que le permite una elevada anotación que pocos pueden igualar.

Para ganar a la Penya, además, tendrá que evitar que aparezcan sus mejores jugadores, como López-Aróstegui, y que el juego no pase por Ante Tomic. Aunque ahora el Casademont tiene más capacidad para defender a los grandes rivales con Harris y Wiley, que ofrecen unas posibilidades diferentes al equipo aragonés. Un triunfo esta tarde será un paso más en el crecimiento de un equipo que se ha transformado y que ya solo mira hacia arriba.