Carlos Pauner comenzó ayer por la noche un viaje a Alaska para intentar ascender el McKinley, el techo de América del Norte con sus 6.168 metros. Es el quinto pico de su proyecto de los techos de los siete continentes tras culminar las cumbres del Elbrus, el Aconcagua, el Kilimanjaro y la Pirámide de Carstensz. El acto se presentó en el rocódromo de Dock39 en Puerto Venecia.

La novedad es que estará acompañado por un veterano alpinista. Es Ángel Sonseca, un legendario escalador de Montañeros de Aragón de 60 años que subió el Aconcagua y el Monte Kenia y en la actualidad es representante de material de montaña.

«Volamos de Madrid a Amsterdam y de aquí a Seattle. Llegaremos a Anchorage y estaremos un par de días para aprovisionaremos. Después, iremos hasta el último pueblo y nos cogerá un avión que nos dejará en el glaciar. Desde entonces seremos autónomos y con los esquís de travesía y los trineos acarrearemos cada uno 40 kilos», afirmaba Pauner ayer en la rueda de prensa.

Caminarán cinco días hasta llegar a un campamento a 4.500 metros. «Descansaremos unos días y atacaremos la cumbre cuando tengamos una ventana de buen tiempo». La gran dificultad es el frío y la climatología. «Estamos casi en el Círculo Polar Ártico. Ahora hay a 5.000 metros 20 bajo cero y vientos de 60 por hora. La mayor dificultad técnica es la arista final expuesta al viento».

En Alaska contarán con la compañía de los argentinos Pablo Pilota, Daniel Rearte y Diego de Ángelis. «También coincidimos con los aragoneses Manu Córdova, Iker Madoz y Edu González, que intentan la ruta checoslovaca en el McKinley, que transcurre por la cara sureste». Esperan llegar a la cima sobre el 12 de mayo y tienen vuelo de vuelta el 25 de mayo. Después le quedará a Pauner el Monte Vinson este invierno y el Everest sin oxígeno por Tíbet.