Después de su abrumadora victoria en los comicios del domingo, Florentino Pérez cumplió ayer el trámite de la toma de posesión. Al acto, celebrado en el palco del Bernabéu, asistieron numerosas autoridades del mundo del deporte y la política, entre ellos Angel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el deporte y Cándido Méndez, secretario general de la UGT. El máximo mandatario del Madrid no habló de fichajes y se remitió a la reunión que mantendrá hoy con José Antonio Camacho.

Casi cuatro años después, Florentino volvió al Bernabéu para que la Junta Gestora que se hace cargo del club cuando hay elecciones le traspasara los poderes. El presidente blanco recordó lo realizado en su primer mandato y apuntó que aún tiene ideas para alimentar las expectativas del madridismo. "Hace cuatro años parecía un sueño lo que hemos hecho, pero los madridistas no nos conformamos. El futuro empieza hoy. La confianza ha sido abrumadora y por eso nuestro grado de responsabilidad y humildad va a ser aún más grande", dijo.

Pérez no habló sobre las declaraciones de Roberto Carlos sobre las elecciones, en las que llegó a apuntar que sentía pena por Lorenzo Sanz, al que apoyó en los comicios del 2000. El defensa puso el acento en el deseo de los socios a la hora de decantarse por el último presidente blanco. "Si ellos han elegido a Florentino es porque piensan que lo puede hacer mejor que en los anteriores. Esperemos que no se equivoquen", dijo el brasileño, que renovó su contrato por tres temporadas con opción a otra más antes de irse de vacaciones.

Tampoco dijo nada Florentino de los inminentes fichajes que pretende realizar el club blanco. "Hay tiempo hasta el 31 de agosto. Hoy hablaré con Camacho y ya veremos", dijo el presidente. El Madrid tiene prácticamente cerrada la contratación de Xabi Alonso, después de retomar las negociaciones con la Real Sociedad. El club donostiarra se descolgó con 25 millones de euros (más de 4.000 millones de pesetas). Luego bajó sus pretensiones, por lo que, finalmente, la operación puede cerrarse en unos 15 millones de euros (2.500 millones de pesetas).

Más difícil será la llegada del central portugués, Ricardo Carvalho. Ayer, el presidente del Oporto, Pinto da Costa, afirmó que no hay nada que negociar con el Madrid. "No estoy esperando a Florentino Pérez porque no hay nada que negociar. En principio, la plantilla está cerrada", dijo el máximo mandatario del conjunto luso. El lateral derecho griego Seitaridis, el centrocampista portugués Costinha y el francés Vieira, viejo sueño del club blanco, también están en la agenda.