No siempre la derrota deja perdedores. Hay ocasiones, como sucedió ayer en la final de waterpolo femenino de Londres, en que la sola presencia en la lucha por el título es una conquista. Ese es el valor que hay que darle al papel de las chicas que dirige Miki Oca, que llegaron a los Juegos como debutantes, sin ninguna experiencia en una cita así, pero sobradas de ambición, y sin ningún techo fijado, y se irán con un podio que hace historia.

España sucumbió al poderío físico de Estados Unidos, campeona con toda justicia (8-5). Pero se colgó una plata que deslumbra y que llena de esperanza el futuro. Con un ambición y un entusiasmo a prueba de bomba, con una ética de trabajo impecable y, lo más importante, con una media de edad de 21,4 años, lo que garantiza su continuidad, las chicas del waterpolo dejarán Londres como triunfadoras, después de encandilar con su juego y enganchar a miles de aficionados ante el televisor, igual que arrastraron ayer al príncipe Felipe hasta las gradas de la piscina. De ser un grupo prácticamente anónimo, de una disciplina minoritaria, esta selección ha pasado a ser uno de los referentes de la actuación olímpica. Puede que la trascendencia del encuentro, la responsabilidad de disputar una final olímpica, pesara ayer en un conjunto que ha incorporado este año a cinco jugadoras del equipo júnior que venían de ganar el Mundial en esa categoría. Puede. Pero esa situación no les impidió dar la cara y pelear por el triunfo hasta el último segundo.

BLOQUEO OFENSIVO / El desenlace de la final empezó a escribirse en el segundo periodo. Después de una brillante puesta en escena, que le llevó a empatar en el primer periodo e incluso tomar la delantera con dos goles de Pareja, España encajó un parcial de 4-1 que la dejó descolocada. El fuerte ritmo, la presión que aplicaron las jugadores estadounidenses, su intensidad defensiva y sobre todo su superioridad física llevaron a una situación de bloqueo a España, que vivió una auténtica tortura, incapaz de encontrar una vía hacia la portería de Armstrong, que se confirmó como una de las mejores guardametas del torneo. Al descanso, los números eran elocuentes. EEUU había sumado 7 de sus 14 oportunidades de gol, mientras España había aprovechado solo 2 de sus 19 lanzamientos.

Eso permitió a las estadounidenses jugar con mucha comodidad y llevó a las chicas de Miki Oca a acelerarse más de la cuenta en un tercer periodo en el que volvieron a ceder un parcial en contra de 2-0. A pesar de un marcador tan desfavorable, la selección no se dio por vencida ni bajó los brazos. Hubo un paso adelante a nivel defensivo, que mantuvo a España en la pelea con entereza y eso les permitió llevarse el último parcial (3-1) y dejar una gran imagen final.

"No es fácil poner buena cara, cuando acabas de perder una final. Aún estamos digiriendo la derrota, pero esta medalla es para estar más que orgullosas. Sabemos que hay un montón de gente que nos ha seguido, que se ha interesado por nuestro deporte y eso nos anima", explicó la capitana Jennifer Pareja. "Hay que felicitar a EEUU porque es un gran equipo y hoy lo ha demostrado. Es un equipo muy físico, con mucha técnica individual y que no perdona tus fallos", reconocía la boya Maica García. "Sabe mal acabar así, pero la verdad es que estamos muy orgullosas de lo que hemos conseguido", dijo Meseguer.