El Llagostera se presentaba como un rival propicio para volver a degustar el néctar del triunfo en El Carmen y sumar tres puntos que permitiesen al Ebro asentar su actual condición de equipo de mitad de tabla. Los visitantes ya no son aquel conjunto de Segunda División que provocaba la admiración del mundo del fútbol. Hace tiempo que despertaron de aquel sueño y su realidad pasa por sacar puntos de forma constante para espantar los fantasmas de la Tercera. Bajo esa premisa saltaron al césped de La Almozara, la de buscar dejar la portería a cero.

Los catalanes se guiaron bajo una actitud rocosa, ayudada por un esquema compacto, tratando de cortar de raíz el juego vertical que el Ebro suele emplear por sus costados La falta de mimbres en ataque obligó a Larraz a tener que alinear a Mainz junto al joven centrocampista zaragozano Diego Puig en la doble punta de lanza. Este mismo gozó de una de las ocasiones más claras de la contienda, cuando un centro desde el lateral diestro dejó la pelota muerta en el corazón del área, una ocasión que Puig no consiguió materializar. Era el primer aviso arlequinado, una tónica que se repetiría a lo largo de todo el choque.

El Ebro se sostenía por el desgaste constante de sus jugadores para repeler toda acción lejos de su campo, llevando la guerra hasta la zona del centro del campo. Adrián Cuevas y Teo Tirado, reconvertido en este partido al lateral izquierdo, fueron los principales artífices de la desconexión del juego interior del Llagostera, impidiéndoles el poder combinar y crear ocasiones de peligro. La escuadra visitante apenas inquietó la meta de Salva, todas sus llegadas terminaban yéndose por el desguace, de hecho no llegaron a rematar a portería tras finalizar una jugada en todo el partido.

La segunda mitad se tiñó por completo de arlequinado. El Ebro llevó la batuta y su jugador más vertical, Javi Cabezas, se encargó de poner la música por la banda derecha. Suyas fueron las acciones más destacadas en ataque, con cabalgadas de hermosa factura que levantaron los aplausos del graderío. La escuadra de Emilio Larraz pudo haber decantado la balanza para su lado desde las botas de Cabezas, el extremo se zafó de hasta cuatro rivales en la misma línea de cal. Apenas tenía espacio para encontrar el espacio pero Javi, tirando de clase, consiguió escapar para cedérsela en banda a Mainz y esperar la asistencia del ariete aragonés. Cuando todo el público de El Carmen alzaba los brazos para celebrar el gol, Javi Cabezas envió por encima del travesaño la asistencia divina que su compañero Mainz le había servido al corazón del área. Los tres puntos volaron en una mañana donde el Ebro tuvo argumentos para vencer, pero volvió a sumar otro empate amargo en El Carmen.

Ficha técnica:

CD Ebro: Salva, Regino, Teo Tirado, Pajarero, Ubay, Gerrit, Javi Cabezas, Adrián (Bolo, m.80), Mainz, Diego Puig (Forte, m.67), Álex Cruz ( Borja Martínez, m.66).

Llagostera: Marcos, Chele, Raúl, Pau, Esteban, Marc, Manu (Pablo, m.71), Pitu, Toni Gabarre, Leo (Facu, m.80) y Maynau.

Árbitro: Julio Menea Gimeno, valenciano. Amonestó a Ubay y Diego Puig.

El Carmen: 350 espectadores.