Hoy sí que no hay excusas. Ni es el segundo, ni el tercero ni el cuarto. Contra la minicrisis, el calendario le ha dado un respiro al CAI Zaragoza. El equipo de Julbe intentará esta tarde contra el colista cambiar el rumbo de los últimos quince días y reconciliarse con el triunfo después de perder tres partidos de forma consecutiva. Si gana su decimoséptimo encuentro, volverá a ser segundo, dado que el Menorca tropezó el viernes en casa ante el Melilla. El Aracena aparece en la vida del CAI en el momento idóneo: sólo lleva nueve victorias, aunque tres de ellas las ha conseguido en las últimas cuatro jornadas. La parada es en Ponts (Lérida) y en el subconsciente de la plantilla está que sirva como punto de inflexión y remedio contra las dudas y el mal juego.

Un triunfo sería balsámico, un alivio. Y una derrota generaría todo lo contrario: nervios e intranquilidad. Y lo que el CAI necesita es paz, pocas prisas, nada de precipitación y mucha paciencia para acertar en la reconstrucción de la plantilla tras el despido de Murcia. Desde hoy y hasta el próximo encuentro ante Los Barrios el día 19 (el club aplazó el partido contra el Huelva al 30 de marzo por un espectáculo de hielo que ocupará la semana que viene el Príncipe Felipe), quedarán menos de dos semanas para trabajar con calma en los despachos y relajación en los entrenamientos. Pero para que ese escenario se haga realidad hace falta ganar.

EL ULTIMO Según dice la clasificación, el Aracena es el peor equipo de la LEB. Ese es un dato incontestable. Pero detrás de esa clasificación, objetiva, se esconde una trampa. El fichaje de Derell Washington ha dado vida a un equipo que estaba muerto. El exjugador del CAI, que junto con Petruska y Ciorciari contribuyó a la salvación la temporada pasada, ha revitalizado el ánimo del Aracena con su juego y sus números sobresalientes. Washington lidera el ataque leridano con 15,8 puntos y casi cuatro rebotes de media en siete partidos.

El americano, un trotamundos del baloncesto, es el líder espiritual del equipo, que juega en Ponts, una población de sólo 2.000 personas. El Aracena que jugó en Zaragoza apenas tiene parecido alguno con el que esta tarde saltará a una pista semidesierta. Además de Washington, el conjunto que dirige Xavi Pascual se sostiene por el acierto y el poder intimidatorio de Goethals, un belga de gran envergadura que ha doblado su rendimiento en la segunda vuelta, y por la aportación ofensiva ede Kerry Blackshear, su otro americano.

El Aracena, que es el que más balones pierde de la LEB, tiene un problema en la dirección del juego, donde Fernández y Vallmajó sufren ante contrarios de calidad.