No podía fallar el CAI Zaragoza y no falló. No solo eso, el conjunto aragonés respondió a su mayor prueba de presión de la temporada con su mejor partido del curso, con su versión más generosa, ejerciendo un dominio abrumador sobre un Estudiantes sobrepasado de principio a fin, venciendo por un contundente 62-89, logrando su octava victoria del año y reenganchándose de pleno derecho a la lucha por entrar en la Copa del Rey. Fue, además, el triunfo más amplio de la historia del club a domicilio (+27). El CAI está ahora empatado a ocho triunfos con Gipuzkoa, Joventut y Laboral Kutxa, a quien precisamente visitará el próximo domingo, y ha mejorado su average con el triunfo de ayer (+23). Ahora es octavo.

Fue un triunfo completo, absoluto, casi tiránico, ante una versión tan pobre del Tuenti Móvil Estudiantes que quizá sirva para explicar el porqué de sus tres victorias en quince jornadas. Ante el CAI no tuvo nada que hacer porque fue el CAI el que lo hizo todo. De principio a fin. Con Sanikidze y Shermadini controlando sin piedad todo lo que rondaba en los dos aros, con Rudez manteniendo su nivel de acierto, con Roll recuperándose poco a poco, incluso Tomás se unió a la fiesta en el tercer cuarto. El CAI superó al Estudiante en todas las facetas del juego, estadísticas y anímicas. El equipo aragonés salió absolutamente convencido de lo que tenía que hacer y lo hizo.

PARCIAL 0-14

El inicio del CAI fue uno de los más contundentes que se le recuerdan al conjunto de José Luis Abós. El parcial de 0-14 en cuatro minutos no fue sino el reflejo de lo que sucedía en la pista. Sanikidze y Shermadini ejercían un dominio absolutista en los dos aros y el CAI tuvo el temple necesario en ataque. De tres y de dos, Llompart, Shermadini, Rudez, todos veían aro con facilidad ante un rival que no se enteraba de qué iba la película. Txus Vidorreta paró el partido pero nada pudo hacer para cambiarlo. El Estudiantes solo logró dos puntos en siete minutos ante un CAI muy atento en los rebotes, que no permitió nunca segundas jugadas, y que tuvo la claridad suficiente en ataque como para mantener su ventaja siempre por encima de los diez puntos y seguir sumando.

Frente a un rival sin un cinco puro, era un día para que se luciera Shermadini. Y el georgiano no desaprovechó la oportunidad. En la primera parte barrió la pintura, sacó faltas y puntos, capturó rebotes y al descanso ya sumaba dobles figuras: 12 puntos y 11 rebotes en 16 minutos para 24 de valoración. Mención especial merece también Sanikidze. El ala-pívot ha encontrado su sitio en el equipo y ayer ofreció un recital de intensidad, acudió a todos los rebotes, puso varios tapones espectaculares, repartió cuatro asistencias, se le vio disfrutar en la pista. También se destapó Tomás con tres triples en el tercer cuarto, sumó Tabu con 15 puntos, ofreció Roll una versión mucho más cercana a sí mismo.

TODOS SUMAN

Salvo momentos puntuales, el CAI no rebajó su intensidad. La victoria estaba en el bolsillo con el equipo aragonés doblando a su rival en el marcador (30-60) en el tercer cuarto, pero la pelea del equipo zaragozano estaba en el average, así que no podía relajarse. El Estudiantes intentaba aumentar su presión defensiva, molestar al menos a su rival, mientras sus aficionados protestaban y reclamaban la presencia en la pista de los más jóvenes del banquillo. Lo más que logró el conjunto estudiantil fue rebajar la diferencia de los 30 puntos, pero no mucho más.

El CAI continuó su trabajo hasta el final, consiguió el doble de triples que su rival, 12 rebotes más, cuatro asistencias más, y con la participación de prácticamente todos sus jugadores. El equipo aragonés logró su objetivo y, lo más importante, ofreció una respuesta contundente en un momento de enorme presión, en el que no podía fallar, y después de dos derrotas dolorosas, sobre todo ante el Cedevita. La lucha por estar en Málaga todavía no ha terminado pero, sin duda, este es el camino.