Los Juegos Olímpicos que comenzarán dentro de un mes en Atenas serán un éxito. El vaticinio corresponde a Juan Antonio Samaranch, el hombre que pilotó el Comité Olímpico Internacional (COI) durante 21 años (de 1980 al 2001) y que durante su mandato presidió cinco Juegos Olímpicos de Verano --entre ellos el de su ciudad, Barcelona, en 1992-- y otros cinco de Invierno. Ahora, desde la atalaya de su retiro relativo y a punto de cumplir, el próximo sábado, 84 años, el presidente de honor vitalicio del máximo organismo deportivo mundial está convencido de que la pesadilla en que se habían convertido los preparativos de los Juegos del 2004 desembocará en un alumbramiento feliz.

Pero no siempre ha sido tan optimista. Hace cuatro años, aún en funciones de presidente, Samaranch se vio obligado a lanzar una seria advertencia a los organizadores griegos después de comprobar que en los primeros dos años y medio desde la designación olímpica, en septiembre de 1997, apenas habían puesto en marcha los preparativos. "En una visita a Atenas les dijimos que les enseñábamos la tarjeta amarilla y que estaban muy cerca de la roja, lo que hubiera supuesto retirarles la organización. Atenas pudo perder los Juegos hace cuatro años", reveló ayer el exdirigente a este diario.

RECTA FINAL A pesar del acelerón que supuso esa advertencia, la capital griega ha entrado en el último mes de preparativos con todas las alarmas encendidas, aunque ahora ya nadie duda de que el próximo 13 de agosto, dentro de exactamente 31 días, todo estará a punto en el Estadio Olímpico para el pistoletazo de salida con la ceremonia inaugural.

En estas últimas semanas, sin embargo, se deberán activar los últimos resortes y acelerar los últimos preparativos. El operativo de seguridad, que englobará a 70.000 personas, no estará listo en su totalidad hasta finales de julio. El tren de cercanías no estará acabado hasta el próximo día 27, y algunas estaciones del metro que conduce al principal complejo olímpico, donde se encuentra el estadio, no han visto aún finalizada su remodelación. La ruta de la localidad de Marathon a Atenas, sobre la que se correrá la prueba más larga del atletismo --y que también conduce a las instalaciones de remo-- tampoco está aún a punto, pese a las promesas oficiales. Y las obras de ajardinamiento y de embellecimiento de todas las áreas olímpicas adolecen de falta del arbolado y de las plantas prometidas.

CAMBIO DE SEDE Pero todo ello no es nada comparado con los retrasos acumulados en años anteriores, sobre todo en la primera fase de la organización, lo que obligó a la advertencia del COI en el año 2000. "En tres años prácticamente no habían hecho nada, nadie se movía, y nos alarmamos", recuerda Samaranch, que valora la eficacia de aquel aviso. Atenas recurrió de nuevo a la mujer que había preparado la candidatura, la multimillonaria empresaria Gianna Angelopoulos-Daskalaki, para liderar los trabajos, y las cosas empezaron a encauzarse. "Esta mujer y su equipo han hecho el milagro y todo estará listo el 13 de agosto", asegura ahora Samaranch, que hace cuatro años estaba dispuesto incluso a llevarse los Juegos a otra ciudad: "Si después de ese aviso los griegos no hubiesen reaccionado, deberíamos haber cambiado de sede, pero la verdad es que no teníamos pensada ninguna alternativa. A veces las amenazas sirven para arreglar las cosas".

Finalmente, los Juegos del 2004 se celebrarán en Atenas, ocho años después del primer intento por devolver el acontecimiento polideportivo a sus orígenes, donde fue restaurado y restablecido en 1896. "Al final, casi ha sido mejor que los hayan podido hacer en el 2004 y no en el año del centenario, en 1996, porque en estos ocho años Grecia ha cambiado radicalmente", valora Samaranch, que cree que, como en el caso de España, la entrada en la Unión Europea transformó al país.

"Grecia está en condiciones ahora de presentar al mundo unos Juegos extraordinarios", afirma el expresidente del COI, que cree que el hecho de que los Juegos regresen a su cuna les va a otorgar un valor especial. "Los Juegos son un gran compendio de deporte y cultura, pero en Grecia se les va a añadir el peso de la historia olímpica, que les pertenece a ellos", explicó el dirigente honorífico del COI.

Todo ese peso va a ser necesario, sin embargo, para reactivar en estos últimos días el entusiasmo colectivo de los griegos, que sólo han adquirido de momento una tercera parte de las entradas puestas a la venta. La victoria de la selección de fútbol en la pasada Eurocopa de Portugal y ese otro "milagro", el hecho de estar llegando a tiempo en el mayor reto organizativo del país, deben actuar de revulsivo en la recta final de unos preparativos que el actual presidente del COI y sucesor de Samaranch, el belga Jacques Rogge, comparó con el ritmo musical más conocido de Grecia, el sirtaki.

"Comienza muy lentamente, después se acelera progresivamente y al final no hay manera de seguir el ritmo", aseguró Rogge hace unos meses, preveyendo este trepidante esprint que Atenas protagoniza ahora. "El día 13 de agosto, todo estará listo", ratifica Samaranch.