Los atentados registrados en Madrid el pasado jueves van a aumentar la seguridad de cara al encuentro de esta noche. A pesar de que Antiviolencia no se reunió para estudiar la posibilidad de declarar el partido de alto riesgo, lo que conlleva un aumento de las fuerzas de seguridad, los responsables del club madridista reconocieron ayer el carácter especial que tiene este partido sólo dos días después de los trágicos sucesos que han acabado con la vida de 199 personas e hirieron a 1.430.

REACCION A LA PSICOSIS La psicosis que ha provocado el suceso no hizo reaccionar a la Comisión Antiviolencia, que es la encargada de designar como de alto riesgo cualquier encuentro de la Liga española, pero no ha dejado indiferente al club blanco, que quiere extremar todas las precauciones en el partido de esta tarde para garantizar la seguridad.

De esta forma, el dispositivo, compuesto por cerca de 250 policías nacionales y 80 municipales, va a ser el habitual en un partido del campeonato de Liga, pero a esos hay que añadir 200 vigilantes de seguridad privada y 500 auxiliares de vigilancia, los denominados V.P. , todos dependientes del club madridista y que ayudan a las fuerzas de seguridad del Estado.

Ese contingente de seguridad tendrá, desde primera hora de esta mañana, la tarea de rastrear palmo a palmo los alrededores del estadio Santiago Bernabéu con la misión de buscar cualquier bulto, mochila o paquete abandonado por esa zona --las bombas del atentado del jueves estaban ocultas en trece mochilas--. Asimismo, también se examinarán atentamente los coches que puedan resultar sospechosos por llevar aparcados algunos días en las inmediaciones del estadio del conjunto madridista.

MEDIDAS ESPECIALES Tras esa búsqueda a lo largo de la jornada llegarán las horas previas al partido de Liga, con el acceso al campo de fútbol de los aficionados. En este caso, está previsto que los cacheos y los registros en los tornos de entrada al recinto deportivo sean más exhaustivos que de costumbre para que el partido de esta noche tenga la máxima seguridad posible para los cerca de 70.000 espectadores que se acercarán al Bernabéu --prácticamente el aforo completo--, como en cada encuentro de Liga.

La intención es evitar cualquier incidente que pueda perturbar un choque que ya viene muy marcado por los trágicos sucesos del jueves, teniendo en cuenta además que no sería la primera vez que una bomba explota en las inmediaciones del estadio. En semifinales de la Champions entre el conjunto madridista y el Barcelona en la temporada 01-02 un artefacto explotó unas horas antes enfrente del estadio, en los bajos de la Torre Europa, causando sólo destrozos materiales. La banda terrorista ETA se atribuyó la autoría de este atentado, que tuvo lugar el 1 de mayo del 2002, aunque el suceso no evitó la disputa del encuentro.