El entrenador de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, aseguró que el hecho de que no se pueda jugar la vuelta de la final de la Copa Libertadores entre Boca y River Plate en Argentina y se tenga que jugar mañana en Madrid es «lamentable» y que es «el momento de tomar medidas».

«Lo que pasó hace 15 días pasa mucho en el fútbol sudamericano y en el argentino, y es lamentable. Es momento de cambiar, que no se pueda jugar un River-Boca en Argentina es lamentable y es el momento de tomar medidas y empezar a ser ejemplo», manifestó el técnico ayer.

Tras el segundo entrenamiento de Boca Juniors en España de cara al partido mañana en el Santiago Bernabéu (20.30 horas), el entrenador del conjunto xeneize atendió a los medios y fue cuestionado en varias ocasiones sobre lo excepcional de que este partido haya sido trasladado a Madrid tras los incidentes del 25 de noviembre, cuando el autobús de Boca fue apedredado en su camino hacia el estadio Monumental de Buenos Aires.

«Obviamente nos hubiera gustado jugar la final en el país del equipo local, lamentablemente no se pudo en la Argentina, entiendo la situación por la cual se lleva a jugar en Madrid y es lamentable que eso suceda. Entiendo que tiene que ver con la violencia en el fútbol y no con lo decidido por los entrenadores o jugadores», dijo.

Schelotto reivindicó que la violencia vivida hace unas semanas daña «al fútbol argentino y a Sudamérica» ya que hace que no se hable de la realidad deportiva de dos clubes argentinos que llegaron «a lo más alto».

«Hoy deberíamos estar hablando que Boca y River pusieron a Argentina en lo más alto del fútbol de clubes en la Libertadores y estamos hablando de la violencia, lamentablemente volvimos a perder», señaló.

Barrios Schelotto reconoció que el actual «no es el ambiente normal» al que están acostumbrados previo a una final, por el desplazamiento a España y por el tiempo que hace desde la ida de la Bombonera, disputada el 11 de noviembre con empate 2-2.

«Jugamos el primer partido hace casi un mes, es muy extenso. No es el ambiente al que uno está acostumbrado ni el que hubiera elegido como entrenador, incluso este viaje a Europa, pero entiendo que River está en la misma situación», opinó.

EL DESPLIEGUE

Alrededor de 4.000 efectivos, de ellos 2.054 policías nacionales, conforman el dispositivo para garantizar la seguridad antes, durante y después del partido de la final de la Copa Libertadores que disputarán mañana en el estadio Santiago Bernabéu los dos equipos argentinos.

El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes, dio cuenta del Operativo CABA (el acrónimo de la ciudad de Buenos Aires, de donde son los dos equipos), uno de los más importantes de los que se han desplegado en España para un partido de alto riesgo, como está calificado el del domingo.

Un enfrentamiento que reportará a la economía madrileña 42 millones de euros en ingresos directos y otros 50 millones inducidos por la marca España y la marca Madrid, pero que supondrá también un gasto para la administración que, como mínimo, asciende a los 650.000 euros que costará el despliegue de la Policía Nacional. Para que este «magnífico evento», en palabras del delegado, sea un éxito, se ha diseñado un dispositivo que, pese a la premura del tiempo, ha podido desplegarse ya para que todo salga bien en Madrid, ciudad que ha tenido el «privilegio» de acoger esa final que presenciarán unos 81.000 espectadores.