"Un terrible error". Así ha calificado el dueño de Los Ángeles Clippers, Donald Sterling, los comentarios xenófobos que días atrás hizo en una conversación privada con su novia y que han llevado a la NBA a apartarlo a perpetuidad. En declaraciones ofrecidas a la cadena de televisión CNN, el multimillonario de 80 años ha pedido "perdón" y ha asegurado que no está en contra de los negros ni de cualquier otra minoría.

Sterling, que también deberá pagar una multa de 2,5 millones de dólares y que seguramente se verá forzado a vender la franquicia, ha permanecido en silencio desde que estalló el escándalo, hace dos semanas, pero finalmente se ha decidido a conceder una entrevista que será emitida este lunes. "No soy racista. Estoy aquí para disculparme", afirma el magnate, que argumenta que sus años de buena conducta deberían tenerse en cuenta. "Soy un buen miembro que cometió un error. ¿No tengo derecho a cometer un error, luego de 35 años? Yo amo a mi Liga, amo a mis socios. Es un error terrible, y no lo volveré a hacer", asegura.

"Emocionalmente perturbado"

El propietario de los Clippers también explica que no había pedido antes perdón porque estaba "emocionalmente perturbado" al darse cuenta de que se había equivocado y del cariz que había tomado el asunto. "Todo es muy difícil. Me equivoqué. Yo causé el problema y no sé cómo corregirlo", asume, y se muestra confiado en poder seguir al frente del conjunto angelino. "Si los dueños sienten que merezco otra oportunidad, me la darán", concluye.

Estos fragmentos de la entrevista ha salido a la luz el mismo día en que la cadena ABC News ha difundido parte de otra conversación que su esposa, Shelly Sterling, de la que está separado, ha mantenido con la veterana periodista Barbara Walters. La mujer de Sterling está dispuesta a pelear por el 50% de la propiedad del equipo y, aunque tratará de negociar de forma "amigable", no descarta recurrir a los tribunales. "Si una esposa de uno de los dueños, y hay 30 dueños, hiciese algo similar, dijese los mismos epítetos racistas, ¿expulsarían a su esposo o lo dejarían?", se pregunta.

1.000 millones de dólares

Sterling adquirió los Clippers en 1981 y se calcula que su valor actual ronda los 1.000 millones de dólares, por lo que no extraño que su mujer esté dispuesta a pelear con uñas y dientes. Sin embargo, el portavoz de la NBA, Mike Bass, ya ha adelantado que, con el reglamento en la mano, Shelly Sterling no podrá seguir como copropietaria. "Si la participación controlada por un dueño se extingue por la votación de tres cuartas partes [de los otros propietarios], automáticamente debe cesar también la inversión de otros participantes", argumenta.

En cualquier caso, los nuevos acontecimientos no han hecho cambiar la posición "inamovible" de los jugadores de la NBA, quienes a través del alero estrella LeBron James, de los Heat de Miami, han reiterado que "nadie de la familia Sterling" debe seguir como propietario de la franquicia.